El martes, el país registró 33 muertes, la mayor cifra diaria de fallecidos por la pandemia. Desde el 1 de junio la cuarentena ha sido levantada en gran parte del país, excepto en Santa Cruz y Beni, que concentran el 80% de los 11.638 casos positivos y 400 fallecidos.
“Estamos ante el riesgo de que los contagios se descontrolen, pero era necesario reabrir las actividades comerciales y laborales para evitar un mayor deterioro económico. Pero si la situación se complica tendremos que volver a la cuarentena”, declaró el alcalde La Paz, Luis Revilla.
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Según la ministra de Salud, Eidy Roca, para fines de julio se espera el pico de contagios con unos 100.000 estimados. “Si la gente es irresponsable, no sólo vamos a tener que pensar en hospitales, sino también cementerios”, dijo el exdirector de Salud de La Paz, René Sahonero.
El martes un hombre fue hallado muerto en la calle en la región cocalera del Chapare, en el centro del país. Un examen determinó que había muerto por COVID-19, explicó el jefe de Epidemiología, Rubén Castillo. En Santa Cruz otro hombre de 74 años peregrinó por siete hospitales y murió sin ser atendido debido a la falta de espacio. Muchos esconden la enfermedad por temor a la censura y sólo acuden a los centros médicos cuando ya están en estado grave, según el testimonio de varios médicos.
Después de 71 días de cuarentena la gente ha empezado a aglomerarse en los mercados y paradas del transporte público sin respetar la distancia social. Muchos llevan barbijo pero otros tantos incumplen la medida pese a la aplicación de multas. Los primeros días marcaron un récord de circulación de vehículos, dijo un jefe policial.
La pandemia también ha vuelto a activar la confrontación política con presiones al gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez para que convoque a elecciones presidenciales, que finalmente fueron fijadas por el Tribunal Supremo Electoral para el 6 de septiembre cuando la curva de contagios aún será alta, según prevén las autoridades sanitarias.
Áñez asumió interinamente en noviembre para llamar a elecciones tras la las violentas protestas que derivaron en la renuncia del entonces presidente Evo Morales, ahora exiliado en Argentina, por acusaciones de fraude en los comicios de octubre en los que buscaba ser reelecto.
En México, horas después de que las autoridades de Salud informaran 1.092 muertes en un día, el presidente Andrés Manuel López Obrador quiso mandar un mensaje de tranquilidad.
“Esto ocurrió porque se hizo un ajuste en defunciones que se habían presentado con anterioridad y que no se habían registrado o no se habían dictaminado y hubo este proceso de actualización, pero no significa que hayan fallecido en un día mil personas”, afirmó en una rueda de prensa el jueves.
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Las autoridades sanitarias de México, un país con más de 101.000 casos confirmados y al menos 11.729 muertes, han explicado en varias ocasiones que sus cifras podrían estar subestimadas porque las pruebas se hacen fundamentalmente a las personas con síntomas y en torno del 80% de los infectados son asintomáticos. También han aclarado que las muertes o contagios confirmados cada día son los que se registran en la base de datos en esa fecha, no los que ocurren en esa jornada.
López Obrador garantizó el jueves que la pandemia está “estable” y puso como ejemplo el número de hospitalizados en la Ciudad de México, epicentro de la misma, que ha oscilado muy levemente en los últimos días.
Insistió, además, en que la estrategia del gobierno es “correcta” pero advirtió que si hay rebrotes se volverán a recomendar medidas más duras y que no hay que relajar la disciplina ni salir de casa salvo que sea fundamental.
“Que no haya psicosis, que no haya miedo, que no haya temor”, insistió.
Santiago de Chile y las localidades que rodean a la ciudad no han logrado el objetivo de reducir los nuevos contagios -que sólo esta semana sumaron más de 18.000 - pese a estar en cuarentena, lo que pone en jaque al sistema sanitario. Chile tiene más de 118.000 infectados y 1.356 fallecidos.
“Naturalmente va a ocurrir una saturación completa (de las camas críticas) y debiera ocurrir esta semana”, alertó el doctor Mauricio Canals, magíster en bioestadística de la Universidad de Chile y responsable de los modelos sobre el comportamiento del virus.
Aseguró que “hay mucho paciente que debiera estar en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), pero está hospitalizado en un servicio de Urgencias”.
Por su parte, la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, alertó que la ocupación de camas de uso intensivo alcanza el 98%, lo que hace necesario sumar en el gran Santiago entre 320 y 350 de estas camas antes del próximo lunes.
La red hospitalaria actual tiene más de 2.400 camas de uso intensivo y unos 2.900 ventiladores mecánicos, de los cuales a diario están disponibles poco más de 300, según el Ministerio de Salud.
El Ministerio de Salud tardó en reforzar el sistema para seguir a los nuevos infectados y sus contactos estrechos para cortar la cadena de contagios, según los especialistas.
Desde que se detectó el primer caso de coronavirus en Colombia a principios de marzo 1.098 trabajadores de la salud se han contagiado en diferentes partes del país y 11 han fallecido.
A su vez, el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, Carlos Cuenca, decidió suspender los debates debido a que uno de sus miembros fue diagnosticado con la enfermedad, por lo que a partir del jueves las sesiones serán virtuales.
El Congreso colombiano seguirá trabajando con esta modalidad hasta el 1 de julio -cuando finalizaría la cuarentena obligatoria ordenada por el presidente Iván Duque- para contener al coronavirus que ha dejado hasta ahora 33.466 contagiados y 1.099 fallecidos.
En América Latina se han registrado más de 1,1 millón de contagios y más de 56.100 muertos.
A nivel mundial, el coronavirus ha infectado a más de 6,5 millones de personas y causado la muerte a más de 386.600 en todo el mundo, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.