Y es que cuando se reportaban los primeros casos de SARS-CoV-2 a nivel mundial, los científicos chinos obstaculizaron la entrega de las muestras del patógeno a sus colegas estadounidenses, lo que causó serias demoras en un momento en el que si se actuaba con rapidez se pudo haber evitado la propagación global del virus.
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Estas evidencias han sido recogidas a través de una serie de correos electrónicos que fueron intercambiados entre investigadires del Laboratorio Nacional de Galveston en Texas y los del Instituto de Virología de Wuhan.
De acuerdo con los documentos, el laboratorio afiliado al gobierno de Estados Unidos esperó durante varios días mientras un científico de la ciudad en donde surgió el mortal virus supervisaba la transferencia de la información acerca de la enfermedad en un proceso que parecía obstaculizado por la necesidad de aprobación del gobierno chino.
Toda esta demora, a criterio de los investigadores de Texas, significó una grave pérdida de tiempo en las primeras fases de la pandemia, en donde una rápida respuesta pudo haber marcado la diferencia en cuanto a la difusión del brote.
En aquel momento, James Le Duc, entonces director del laboratorio de Texas, advirtió a sus pares chinos que las demoras en el proceso podrían dañar la posición internacional de China y privar a los científicos de material para su propia investigación.
“Estás en una posición muy desafiante y estás haciendo un gran trabajo. Sin embargo, recomendaría que organice e implemente rápidamente una forma de compartir los aislamientos de (virus) de referencia“, escribió en un correo electrónico del 22 de enero de 2020 a Yuan Zhiming, director del Laboratorio Nacional de Bioseguridad en el Instituto de Virología de Wuhan.
Acusaciones desde el inicio de la pandemia
Desde que inició la pandemia del covid-19, China ha sido acusada de encubrir los orígenes del virus, ya que incluso se ha señalado al gobierno de Xi Jingping de haber obstaculizado o intentar influir en la investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyas conclusiones fueron rechazadas por la comunidad científica internacional.Asimismo, la cronología de la secuenciación del nuevo virus también hizo crecer las dudas sobre su surgimiento.
En aquel momento, los científicos chinos compartieron la secuencia del genoma del SARS-CoV-2, un código de texto que denota sus componentes genéticos, menos de dos semanas después de que las autoridades de salud de Wuhan lanzaron lla alarma sobre un brote sospechoso.
Los funcionarios chinos compartieron el genoma del virus con la OMS 10 días después de que el Instituto de Virología de Wuhan lo secuenciara por primera vez el 2 de enero de 2020, según los informes preliminares.
Esta demora también ha sido un fuerte objeto de críticas por el hecho de que un acceso temprano al nuevo patógeno es una herramienta importante para que los investigadores preparen kits de diagnóstico y desarrollen tanto medicamentos y vacunas.
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Científicos de Texas soicitaron las muestras el 28 de enero
En los correos se muestra que los científicos de Texas enviaron documentos oficiales para solicitar el envío de una muestra de Wuhan desde el 28 de enero.Pasaron días cuando la solicitud se trasladoó por la cadena desde una oficina de aduanas de Wuhan a la Administración General de Aduanas de Pekín y ya en su última visita a la Oficina General del Consejo de Estado, según los mensajes enviados.
“¿Alguna actualización sobre el envío de aislamientos? Dado que se trata de una emergencia de salud pública, espero que la aprobación se tramite con urgencia. El intercambio de aislamientos definitivamente acelerará el desarrollo de contramedidas“, escribieron en un correo los científicos de Texas a sus homólogos chinos.
Asimismo, la directora del Centro de Enfermedades del Instituto de Virología de Wuhan, Shi Zhengli, quien llevó a cabo diferentes investigaciones sobre los coronavirus en murciélagos, también había planteado compartir muestras del virus con el laboratorio de Galveston, algo que finalmente fue impedido por el gobierno de China.
Ante esta serie de irregularidades, numerosos científicos alrededor del mundo han rastreado el intercambio de patógenos y manifestaron que no creían que China compartiera el virus en el extranjero durante las primeras semanas del brote.
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