El presidente Donald Trump propuso el lunes privatizar el sistema de control de tráfico aéreo de Estados Unidos, alegando que eso lo hará más seguro y conveniente para los pasajeros.
Trump declaró que el sistema actual está 'penosamente atrapado en el pasado' y se manifestó a favor de separar las operaciones de control aéreo de la Administración Federal de Aviación (FAA), algo que muchas aerolíneas favorecen.
Sin embargo, hay muchos que opinan que esa iniciativa, que requeriría la aprobación del Congreso, daría a las compañías aéreas un poder e influencia excesivos.
'Hoy proponemos, al fin, llevar el transporte aéreo en Estados Unidos hacia el futuro', dijo el mandatario.
Estuvo flanqueado por congresistas al momento de firmar un memorándum y una carta a los legisladores con sus principios para reformar el sistema de control aéreo. También estaban ejecutivos de aerolíneas, jefes de sindicatos y dos anteriores secretarias de transporte: Elizabeth Dole y Mary Peters.
'Realmente estamos avanzando hacia una década moderna, de nuevas tecnologías en el control del tráfico aéreo. Será un sistema del cual todos se beneficiarán', declaró en conferencia telefónica con reporteros Gary Cohn, asesor económico del gobierno.
El presupuesto presentado por Trump incluye cambios en ese sector, incluso la colocación del control del tráfico aéreo en manos de 'una organización independiente no gubernamental'.
Actualmente ocurren unos 50.000 vuelos diarios en Estados Unidos, ya sea de aerolíneas o de otros medios. Ambos lados del debate sobre la privatización reconocen que es uno de los sistemas más complejos y seguros del mundo. Aun bajo un plan de privatización contemplado por el Congreso, la FAA seguiría supervisando la seguridad del sistema.
Desde hace más de dos décadas las aerolíneas estadounidenses han pedido separar a la FAA de las tareas de control. Los intentos cobraron impulso el año pasado cuando los sindicatos de los controladores aéreos acordaron apoyar una propuesta del presidente de la Comisión de
Transporte de la Cámara de Representantes, el republicano Bill Shuster, de hacer que las tareas queden a cargo de una entidad privada sin fines de lucro. A cambio, a los empleados del sector se les dieron garantías que retendrían sus empleos y prestaciones.
Según la iniciativa de la Casa Blanca, la nueva entidad quedará a cargo de una junta de 13 miembros provenientes de la industria aérea, los sindicatos, la aviación, los aeropuertos y otros sectores.