SAN YSIDRO, MÉXICO.-En la víspera del fin del Título 42, una medida de la era Trump que permitía la expulsión de migrantes por temas sanitarios como la pandemia, miles de migrantes han optado por cruzar el río Bravo desde México y entregarse a la patrulla fronteriza.
Los migrantes temen al Título 8, la norma que quedará vigente. Si bien permite acoger solicitudes de asilo, también acelera expulsiones, deportaciones y sanciones como prohibir el ingreso al país a quien intente cruzar irregularmente.
Este jueves 11 de mayo, varios migrantes continuaban llegando a la frontera de México, mientras otros seguían esperando para ser procesados por agentes fronterizos.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, adviritó que al expirar la política del Título 42, la frontera no estaría abierta, y que quienes no cumplan los requisitos serán expulsados.
“La inmensa mayoría de quienes no cumplan los requisitos de asilo serán expulsados”, apuntó el secretario.
Cuando el Título 42 expire, los migrantes pordrían enfrentar un castigo de entrada por cinco años o ser criminalizados si es que intentan cruzar más de una vez.
Cientos de migrantes han esperado largas horas, incluso días bajo el sol, cubriendo sus cuerpos con cobijas y durmiendo en casa de campañas improvisadas, así como sólo alimentandose de barritas de granola y agua para ser procesados por agentes de la Patrulla Fronteriza.
“Es demasiado estresante”
“Ya estoy para rendirme, o sea, ya es demasiado estresante, muchos días, uno aguanta, pero los niños no”, dijo Alonso Vanegas, inmigrante colombiano.
Alonso Vanegas junto a su esposa, Carolina, y sus dos hijos, de 13 y 7 años, huyeron de su natal Bogotá, Colombia, tras ser secuestrado y ser amenazada de muerte.
“Yo no me podía esconder en mi país, dejar todo botado y esconder todo en un apartamento o cambiarme de ciudad cuando no están las garantías”, contó a Telemundo51.
“Cuando tu hijo te dice tengo hambre, cuando te dice no he desayunado, la situación es más que todo ellos porque al fin y al cabo ahí lo han aguantado y soportado”, agregó Alonso.
La Patrulla Fronteriza llega dos veces al día al punto donde se encuentran estas familias y se llevan entre 50 a 100 migrantes en autobuses para ser llevados a los centros de detención donde podrían tener la oportunidad de ser escuchados durante una entrevista.
Efecto en los niños debido a la situación migratoria
“El efecto para estos niños también es que su sistema nervioso interpreta esta situación como una amenaza, pero una vez pasa por haber estado expuestos tanto a allí, quedan con una predisposición a ansiedad y depresión”, contó Lorena Martínez, psicóloga clínica.
Según organizaciones locales, a las familias y niños se les está dando prioridad.