El sistema llegó a Cuba mientras rescatistas en Guatemala seguían buscando a personas que se creía fueron sepultadas por un enorme alud de tierra provocado por la lluvia. Las autoridades confirmaron 15 muertos y al menos 109 desaparecidos en Guatemala, muchos de ellos en el deslave en San Cristóbal Verapaz.
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El papa Francisco habló este domingo sobre la población de Centroamérica, golpeada “por un violento huracán, que ha causado muchas víctimas y enormes daños, agravado también por la ya difícil situación debido a la pandemia”. En declaraciones a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, Francisco rezó para que “el Señor reciba a los difuntos, consuele a sus familias y sostenga a todos los que han sido sometidos a prueba, así como a todos los que están haciendo todo lo posible para ayudarlos”.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos emitió alertas por tormenta tropical para el sur de Florida y los Cayos, así como varias advertencias para el centro de Cuba. Partes del sur de Florida y de los Cayos estaban bajo alerta de huracán.
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El meteoro se encontraba el domingo en la mañana a 95 kilómetros (60 millas) al suroeste de Canagua, Cuba, y se movía hacia el nordeste a 19 km/h (12 mph) con vientos de 95 km/h (60 mph). Se prevé que la tormenta llegará a los Cayos y el sur de Florida el domingo por la noche o el lunes.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el sábado el estado de emergencia en ocho condados en el extremo del estado ante el avance de Eta y pidió a los residentes que se aprovisionaran. El sur de Florida empezó a vaciar puertos, y se abrieron unos pocos refugios en Miami y los Cayos de Florida para personas que vivían en casas rodantes o zonas bajas.
El condado de Miami-Dade declaró el estado de emergencia el viernes por la noche y señaló que habría una advertencia por inundaciones activa hasta el martes por la noche.
Más al sur, en los Cayos, las autoridades seguían de cerca los movimientos del meteoro, aunque por el momento no tenían planes de evacuar a turistas o residentes. Instaron a la población a asegurar sus embarcaciones e instaron a los visitantes a reconsiderar sus planes hasta que hubiera pasado la tormenta.
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Eta llegó a ser un huracán de categoría 4, y las autoridades desde Panamá a México seguían evaluando los daños tras varios días de lluvias torrenciales esta semana.
En Guatemala, los equipos de búsqueda primero tuvieron que superar múltiples deslaves y lodo profundo tan sólo para arribar al lugar donde las autoridades calculan que unas 150 viviendas fueron devastadas.
En el poblado más afectado, Quejá, se recuperaron al menos cinco cuerpos de entre el lodo. La población indígena, de 1.200 vecinos, se componía principalmente de casas sencillas de madera y tejados de hojalata en la ladera de la montaña.
Emilio Caal, un agricultor maya poqomchí de 65 años, fue rescatado en helicóptero el sábado de la aldea guatemalteca de Quejá donde ocurrió el deslave, con un hombro dislocado. Caal cree que su esposa y siete nietos fallecieron en el lugar.
“Ya se murió mi esposa, ya se murieron los nietos”, lamentó el hombre a The Associated Press tras ser atendido en un hospital. Caal afirmó que 40 miembros de su familia están desaparecidos, entre hijos, nietos y otros parientes.
En la vecina Honduras, María Elena Mejía Guadron, de 68 años, murió cuando las aguas lodosas del río Chamelecón inundaron el vecindario Planeta en San Pedro Sula el jueves antes del amanecer.
Mirian Esperanza Nájera Mejía había evacuado su vivienda durante la noche con sus dos hijos y Mejía, su madre. Pero, mientras ella se sujetó con fuerza de sus hijos, la corriente arrastró a Mejía.
Nájera siguió buscando desesperadamente a su madre el viernes en la mañana. Pero el cuerpo de Mejía fue recuperado más tarde y trasladado a la morgue, donde sus parientes la identificaron.
“Cuando comenzó la inundación toda la familia iba saliendo de su casa”, dijo Nery Solís, una amiga de la familia. “Mirian iba con sus dos hijos y de repente los agarró fuerte la corriente y no pudo sacar a su mamá”.
En el sur de México, al otro lado de la frontera con Guatemala, 20 personas murieron luego que intensas lluvias asociadas a Eta provocaron deslaves y crecidas en arroyos y ríos, según Elías Morales Rodríguez, funcionario de protección civil del estado de Chiapas.
El peor incidente en México ocurrió en el municipio montañoso de Chenalhó, donde 10 personas fueron arrastradas por un arroyo crecido debido a la lluvia; sus cadáveres fueron encontrados posteriormente río abajo.
Las inundaciones en el vecino estado de Tabasco eran tan extensas que el presidente Andrés Manuel López Obrador acortó un viaje al oeste de México para volar a Tabasco, su estado natal, y supervisar las labores de ayuda.
El huracán Eta llegó al noreste de Nicaragua y arrojó lluvias torrenciales durante días conforme se acercaba lentamente hacia la costa. Su avance lento y sinuoso hacia el norte a través de Honduras provocó que los ríos se desbordaran e inundaran vecindarios en los que las familias tuvieron que refugiarse en los techos para aguardar a que las rescataran.