En el experimento, los investigadores se enfocaron en los mosquitos tigre de Asia, unos insectos invasivos de franjas blancas que pueden propagar la fiebre dengue, el zika y otras enfermedades.
Usaron una técnica novedosa que combinó exponerlos a radiación e infectarlos con una bacteria.
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Durante 18 semanas en 2016 y 2017, soltaron mosquitos machos en dos islas pequeñas cerca de Guangzhou, China, una región plagada de fiebre del dengue.
La cantidad de mosquitos hembras responsables por el contagio de enfermedades se desplomó en 83% a 94% cada año, un resultado parecido al logrado con otros métodos, como rociar insecticidas o usar mosquitos modificados genéticamente.
Los hallazgos aparecen el miércoles en la revista especializada Nature.