Sao Paulo, Brasil
La iglesia católica brasileña rechazó este miércoles la posibilidad de autorizar el aborto en casos de microcefalia, como reclama la ONU, y consideró oportunista la reapertura de este debate tras la explosión de estos casos vinculados al virus zika.
'La microcefalia ocurre en Brasil hace años. Están aprovechando el momento para introducir nuevamente el asunto del aborto', dijo el obispo auxiliar Leonardo Ulrich Steiner, secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) al periódico O Estado de Sao Paulo.
'El aborto favorece la eugenesia, una práctica para seleccionar personas perfectas', continuó.
La ONU instó la semana pasada a los países afectados por el zika, probable causante de graves malformaciones congénitas, a distribuir métodos anticonceptivos a las mujeres y a autorizar la interrupción de los embarazos.
Brasil registra desde octubre de 2015 un aumento alarmante de bebés con microcefalia, con 404 casos confirmados desde entonces y 3.670 aún por confirmar.
Los científicos sospechan que el aumento de casos de esta malformación -que perjudica el desarrollo intelectual de los recién nacidos- se debe a que sus madres contrajeron el virus zika cuando estaban embarazadas.
El gobierno brasileño estima que el zika, detectado en Brasil a principios del año pasado, podría haber infectado a un millón y medio de personas.
Mientras los científicos y el gobierno trabajan contrarreloj para descifrar cómo el zika puede causar esta malformación congénita, grupos de activistas claman por una flexibilización de las leyes que penalizan el aborto en Brasil.
Un grupo de médicos, investigadores y abogados prepara un recurso para presentar ante la Corte Suprema pidiendo que autorice el aborto en casos de mujeres embarazadas que hayan contraído el virus y quieran interrumpir su embarazo.
El arzobispo de Brasilia y presidente de la CNBB Sergio da Rocha defendió por su lado el principio católico de 'valorizar la vida en cualquier condición que ella esté'. 'Menor calidad de vida no significa menor derecho a vivir, con menos dignidad humana', argumentó durante un encuentro de iglesias cristianas en Brasilia.
Se estima que en Brasil se realizan un millón de abortos clandestinos cada año, y según médicos consultados por la AFP, varias mujeres de alto poder adquisitivo han practicado abortos preventivos en las últimas semanas después de confirmar que contrajeron virus zika.
La epidemia de zika, así como el aumento de casos de microcefalia, afecta especialmente a los estados del noreste del país, donde la población tiene menos ingresos y las condiciones de saneamiento son más precarias, lo que favorece la reproducción del mosquito Aedes aegypti que transmite el virus.
No hay vacuna contra el zika, que puede manifestarse con síntomas como fiebre, dolor en las articulaciones, conjuntivitis y erupciones en la piel, aunque en el 80% de los casos la infección es asintomática.
La iglesia católica brasileña rechazó este miércoles la posibilidad de autorizar el aborto en casos de microcefalia, como reclama la ONU, y consideró oportunista la reapertura de este debate tras la explosión de estos casos vinculados al virus zika.
'La microcefalia ocurre en Brasil hace años. Están aprovechando el momento para introducir nuevamente el asunto del aborto', dijo el obispo auxiliar Leonardo Ulrich Steiner, secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) al periódico O Estado de Sao Paulo.
'El aborto favorece la eugenesia, una práctica para seleccionar personas perfectas', continuó.
La ONU instó la semana pasada a los países afectados por el zika, probable causante de graves malformaciones congénitas, a distribuir métodos anticonceptivos a las mujeres y a autorizar la interrupción de los embarazos.
Brasil registra desde octubre de 2015 un aumento alarmante de bebés con microcefalia, con 404 casos confirmados desde entonces y 3.670 aún por confirmar.
Los científicos sospechan que el aumento de casos de esta malformación -que perjudica el desarrollo intelectual de los recién nacidos- se debe a que sus madres contrajeron el virus zika cuando estaban embarazadas.
El gobierno brasileño estima que el zika, detectado en Brasil a principios del año pasado, podría haber infectado a un millón y medio de personas.
Mientras los científicos y el gobierno trabajan contrarreloj para descifrar cómo el zika puede causar esta malformación congénita, grupos de activistas claman por una flexibilización de las leyes que penalizan el aborto en Brasil.
Un grupo de médicos, investigadores y abogados prepara un recurso para presentar ante la Corte Suprema pidiendo que autorice el aborto en casos de mujeres embarazadas que hayan contraído el virus y quieran interrumpir su embarazo.
El arzobispo de Brasilia y presidente de la CNBB Sergio da Rocha defendió por su lado el principio católico de 'valorizar la vida en cualquier condición que ella esté'. 'Menor calidad de vida no significa menor derecho a vivir, con menos dignidad humana', argumentó durante un encuentro de iglesias cristianas en Brasilia.
Se estima que en Brasil se realizan un millón de abortos clandestinos cada año, y según médicos consultados por la AFP, varias mujeres de alto poder adquisitivo han practicado abortos preventivos en las últimas semanas después de confirmar que contrajeron virus zika.
La epidemia de zika, así como el aumento de casos de microcefalia, afecta especialmente a los estados del noreste del país, donde la población tiene menos ingresos y las condiciones de saneamiento son más precarias, lo que favorece la reproducción del mosquito Aedes aegypti que transmite el virus.
No hay vacuna contra el zika, que puede manifestarse con síntomas como fiebre, dolor en las articulaciones, conjuntivitis y erupciones en la piel, aunque en el 80% de los casos la infección es asintomática.