En un discurso desde su casa en Wilmington, Delaware, Biden aspiró a guiar a los estadounidenses a dejar atrás los tumultos de la campaña y el rechazo del presidente Donald Trump a aceptar su derrota.
“Si alguien no lo sabía antes, lo sabemos ahora. Lo que late en la profundidad de los corazones del pueblo estadounidense es esto: democracia”, dijo Biden. “El derecho a ser escuchado. A que tu voto sea contado. A escoger a los líderes de esta nación. A gobernarnos a nosotros mismos”.
Después de conseguir la cantidad récord de 81 millones de votos, Biden todavía intenta generar ímpetu mientras se prepara para ocupar la presidencia el 20 de enero. Eso se ha complicado con la negativa de Trump a conceder la derrota y, en su lugar, presentar impugnaciones sin fundamentos que jueces en todo el espectro político han rechazado categóricamente, incluidos aquellos de la Corte Suprema.
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Aunque las acciones de Trump han puesto en riesgo normas democráticas clave, incluso la transición pacífica del poder, Biden afirmó que el sistema de gobierno estadounidense permanece intacto.
“En Estados Unidos, los políticos no toman el poder; el pueblo se los concede”, dijo Biden. “La llama de la democracia se prendió hace mucho tiempo en esta nación. Y ahora sabemos que nada, ni siquiera una pandemia o un abuso de poder, puede extinguir esa llama”.
También prometió ser “un presidente para todos los estadounidenses” que “trabajará igual de duro por aquellos que no votaron por mí, como por quienes sí lo hicieron”.
Falta por ver si este mensaje de unidad tendrá algún impacto. Republicanos de alto rango todavía apoyan en su mayoría a Trump y sus afirmaciones sin fundamentos de un fraude electoral e, incluso después de que Biden tome el poder, es poco probable que le den algo del tradicional periodo de luna de miel.
Biden se enfrenta a un Senado dividido por muy poco — la segunda vuelta electoral del próximo mes en Georgia decidirá qué partido controla la cámara — y una ligera mayoría demócrata en la Cámara de Representantes ya que el Partido Republicano ganó escaños incluso cuando Trump perdió.
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Pero los asesores señalan la alta tasa de aprobación del presidente electo y a un electorado desgastado por la pandemia en su intento por convencer a los republicanos de que cooperen. Mike Donilon, asesor de Biden, dijo que los estadounidenses quieren que demócratas y republicanos estén en sintonía.