WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, quien está de retirada del gobierno, dijo sentir 'compasión' por los inmigrantes indocumentados que cruzan a Estados Unidos y relativizó la idea de construir un muro fronterizo con México, en contraste con la retórica de Donald Trump.
En referencia al cierre parcial del gobierno, que ya lleva nueve días por la falta de acuerdo sobre la exigencia de Trump de financiamiento para construir la muralla en la frontera, Kelly dijo en una entrevista a Los Angeles Times: 'Para ser honesto, no es un muro'.
'El presidente todavía le llama 'muro'. En algún momento dirá más francamente 'barrera' o 'cerco'; ahora se inclina por los barrotes de acero', dijo Kelly.
'Pero ya abandonamos la idea de un muro de concreto sólido hace tiempo en esta administración, cuando preguntamos a las personas qué necesitaban y dónde lo necesitaban'.
Kelly, exgeneral de la marina que dirigió el comando militar responsable de América Latina, fue secretario de Seguridad Nacional de Trump antes de convertirse en jefe de gabinete de la Casa Blanca en julio de 2017.
Pero su relación con el presidente se deterioró y se espera que sea pronto reemplazado por Mick Mulvaney, actual director de presupuesto.
Trump pide al Congreso que apruebe una partida de 5.000 millones de dólares para la construcción de un muro, que la oposición demócrata rechaza. Además de culparlos por la parálisis, el mandatario responsabilizó el sábado a sus detractores por la muerte de dos niños migrantes en custodia de las autoridades estadounidenses.
'Los inmigrantes ilegales no son malas personas... No siento más que compasión por ellos, por los niños pequeños', dijo Kelly, quien agregó que muchos son manipulados por traficantes de personas.
Asumiendo una posición distinta a la de Trump, que denominó a la ola de migrantes una 'invasión' de 'muchos miembros de pandillas y malas personas', Kelly dijo que la forma de superar el problema de la inmigración ilegal es 'terminar con la demanda de drogas en Estados Unidos, y expandir las oportunidades económicas' en Centroamérica.
En referencia al cierre parcial del gobierno, que ya lleva nueve días por la falta de acuerdo sobre la exigencia de Trump de financiamiento para construir la muralla en la frontera, Kelly dijo en una entrevista a Los Angeles Times: 'Para ser honesto, no es un muro'.
'El presidente todavía le llama 'muro'. En algún momento dirá más francamente 'barrera' o 'cerco'; ahora se inclina por los barrotes de acero', dijo Kelly.
'Pero ya abandonamos la idea de un muro de concreto sólido hace tiempo en esta administración, cuando preguntamos a las personas qué necesitaban y dónde lo necesitaban'.
Kelly, exgeneral de la marina que dirigió el comando militar responsable de América Latina, fue secretario de Seguridad Nacional de Trump antes de convertirse en jefe de gabinete de la Casa Blanca en julio de 2017.
Pero su relación con el presidente se deterioró y se espera que sea pronto reemplazado por Mick Mulvaney, actual director de presupuesto.
Trump pide al Congreso que apruebe una partida de 5.000 millones de dólares para la construcción de un muro, que la oposición demócrata rechaza. Además de culparlos por la parálisis, el mandatario responsabilizó el sábado a sus detractores por la muerte de dos niños migrantes en custodia de las autoridades estadounidenses.
'Los inmigrantes ilegales no son malas personas... No siento más que compasión por ellos, por los niños pequeños', dijo Kelly, quien agregó que muchos son manipulados por traficantes de personas.
Asumiendo una posición distinta a la de Trump, que denominó a la ola de migrantes una 'invasión' de 'muchos miembros de pandillas y malas personas', Kelly dijo que la forma de superar el problema de la inmigración ilegal es 'terminar con la demanda de drogas en Estados Unidos, y expandir las oportunidades económicas' en Centroamérica.