WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El jefe de la diplomacia estadounidense,
Mike Pompeo, se reunirá el domingo en México con el canciller entrante de ese país, Marcelo Ebrard, para iniciar un diálogo oficial con el fin de alcanzar un acuerdo para contener la ola de migrantes hacia Estados Unidos, informó el martes la
Casa Blanca.
Mike Pompeo y Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se habían reunido en secreto con el futuro ministro de Relaciones Exteriores de México en Houston, Texas, en noviembre.
Tras esa reunión, funcionarios del gobierno entrante mexicano revelaron a la prensa la existencia de un 'acuerdo' para que los solicitantes de asilo permanecieran en México mientras se procesan sus pedidos en Estados Unidos. Pero eso fue desmentido posteriormente.
La Casa Blanca confirmó el contenido de este acuerdo, sin especificar si se había celebrado formalmente.
'Estas conversaciones continúan y no habrá una decisión final hasta que el nuevo gobierno mexicano tome posesión el sábado', dijo el martes la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Apenas un día después, el domingo, Mike Pompeo viajará a México para hablar con su homólogo 'sobre todos los temas relacionados con la frontera', dijo el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
El lunes, Ebrard se reunirá con 'los funcionarios de la Casa Blanca y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, para seguir intentando concluir estas conversaciones', dijo Sarah Sanders.
Una 'caravana' de miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, que abandonaron sus países a mediados de octubre huyendo de la violencia y la pobreza, comenzó a llegar a la frontera entre México y Estados Unidos.
El domingo, cientos de ellos intentaron cruzar ilegalmente la barrera de metal entre la mexicana Tijuana y San Diego, California, antes de ser rechazados por la policía estadounidense.
Washington, en respuesta, cerró este paso durante unas horas, pero el presidente Donald Trump amenaza con cerrar toda la frontera.
Según una publicación del Washington Post, el acuerdo entre Estados Unidos Y México establece que los solicitantes de asilo que llegan a la frontera tendrán que esperar en el lado mexicano hasta la audiencia ante un juez de inmigración estadounidense, a la que podrán asistir bajo guardia.
Quien reciba una respuesta negativa no podrá regresar a México. En cambio, será detenido en Estados Unidos hasta ser expulsado hacia su país de origen.
Mike Pompeo y Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se habían reunido en secreto con el futuro ministro de Relaciones Exteriores de México en Houston, Texas, en noviembre.
Tras esa reunión, funcionarios del gobierno entrante mexicano revelaron a la prensa la existencia de un 'acuerdo' para que los solicitantes de asilo permanecieran en México mientras se procesan sus pedidos en Estados Unidos. Pero eso fue desmentido posteriormente.
La Casa Blanca confirmó el contenido de este acuerdo, sin especificar si se había celebrado formalmente.
'Estas conversaciones continúan y no habrá una decisión final hasta que el nuevo gobierno mexicano tome posesión el sábado', dijo el martes la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Apenas un día después, el domingo, Mike Pompeo viajará a México para hablar con su homólogo 'sobre todos los temas relacionados con la frontera', dijo el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
El lunes, Ebrard se reunirá con 'los funcionarios de la Casa Blanca y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, para seguir intentando concluir estas conversaciones', dijo Sarah Sanders.
Una 'caravana' de miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, que abandonaron sus países a mediados de octubre huyendo de la violencia y la pobreza, comenzó a llegar a la frontera entre México y Estados Unidos.
El domingo, cientos de ellos intentaron cruzar ilegalmente la barrera de metal entre la mexicana Tijuana y San Diego, California, antes de ser rechazados por la policía estadounidense.
Washington, en respuesta, cerró este paso durante unas horas, pero el presidente Donald Trump amenaza con cerrar toda la frontera.
Según una publicación del Washington Post, el acuerdo entre Estados Unidos Y México establece que los solicitantes de asilo que llegan a la frontera tendrán que esperar en el lado mexicano hasta la audiencia ante un juez de inmigración estadounidense, a la que podrán asistir bajo guardia.
Quien reciba una respuesta negativa no podrá regresar a México. En cambio, será detenido en Estados Unidos hasta ser expulsado hacia su país de origen.