Ciudad de México
Por lo menos 13 reclusos murieron durante un motín en una prisión al que las autoridades dieron fin con uso de fuerza letal, informó el martes un funcionario estatal de seguridad de México.
El portavoz Aldo Fasci dijo que el motín ocurrió en la prisión estatal de Cadereyta, en el estado de Nuevo León, y agregó que el número de muertes podría aumentar debido a que ocho personas se encuentran en condición crítica.
El martes por la tarde, familias desesperadas se enfrentaron con las autoridades afuera de la prisión exigiendo información acerca de sus familiares recluidos, mientras que columnas de humo negro salían de varios puntos de las instalaciones.
Después de varias horas de intentos de negociación y de que el uso de fuerza no letal no aplacaran el motín, alrededor de las 5 de la tarde (hora local), las autoridades decidieron hacer uso de fuerza letal para proteger las vidas de los guardias y de los prisioneros, indicó Fasci en una conferencia de prensa.
Las autoridades podían observar a través de las pantallas que al menos un prisionero ya había muerto y que varios guardias habían sido tomados como rehenes. Los guardias eran retenidos y golpeados en el techo de la prisión.
“Si no se hubieran tomado estas decisiones en este momento estaríamos hablando de muchos más muertos”, comentó Fasci.
El conflicto inició la noche del lunes, cuando una de la media docena de pandillas que generalmente se mantienen por separado comenzó una protesta. Se logró controlar ese conflicto, pero la mañana del martes estalló una pelea en la que un prisionero fue asesinado y su cuerpo quemado, comentó Fasci.
Cuando la policía ingresó inicialmente a tomar el control, unos 150 prisioneros comenzaron a atacarlos con objetos metálicos y piedras de una obra que se realiza al interior de la cárcel.
Cuando ese intento fracasó, la policía estatal y federal ingresó haciendo uso de fuerza letal. Ningún guardia falleció, pero uno de los policías resultó herido de gravedad con un pulmón perforado.
Se trata de 4.000 reclusos contra 300 guardias, dijo Fasci, quien añadió que la instalación no está diseñada para albergar a tantos prisioneros o reclusos de alto riesgo.
“Es muy difícil tenerlos en orden”, comentó.
Dijo que se requerirán de necropsias para determinar cuántos de los fallecidos fueron asesinados por otros reclusos y cuántos de ellos murieron a manos de las autoridades. Aparentemente, al menos dos de ellos murieron por heridas de bala.
En marzo pasado, cuatro reclusos de la misma prisión fallecieron de una sobredosis aparente después de tomar control de una farmacia del lugar.
En otra cárcel del estado de Nuevo León, 49 prisioneros fallecieron en febrero de 2016 durante un enfrentamiento entre facciones rivales del cártel de Los Zetas.
Por lo menos 13 reclusos murieron durante un motín en una prisión al que las autoridades dieron fin con uso de fuerza letal, informó el martes un funcionario estatal de seguridad de México.
El portavoz Aldo Fasci dijo que el motín ocurrió en la prisión estatal de Cadereyta, en el estado de Nuevo León, y agregó que el número de muertes podría aumentar debido a que ocho personas se encuentran en condición crítica.
El martes por la tarde, familias desesperadas se enfrentaron con las autoridades afuera de la prisión exigiendo información acerca de sus familiares recluidos, mientras que columnas de humo negro salían de varios puntos de las instalaciones.
Después de varias horas de intentos de negociación y de que el uso de fuerza no letal no aplacaran el motín, alrededor de las 5 de la tarde (hora local), las autoridades decidieron hacer uso de fuerza letal para proteger las vidas de los guardias y de los prisioneros, indicó Fasci en una conferencia de prensa.
Las autoridades podían observar a través de las pantallas que al menos un prisionero ya había muerto y que varios guardias habían sido tomados como rehenes. Los guardias eran retenidos y golpeados en el techo de la prisión.
“Si no se hubieran tomado estas decisiones en este momento estaríamos hablando de muchos más muertos”, comentó Fasci.
El conflicto inició la noche del lunes, cuando una de la media docena de pandillas que generalmente se mantienen por separado comenzó una protesta. Se logró controlar ese conflicto, pero la mañana del martes estalló una pelea en la que un prisionero fue asesinado y su cuerpo quemado, comentó Fasci.
Cuando la policía ingresó inicialmente a tomar el control, unos 150 prisioneros comenzaron a atacarlos con objetos metálicos y piedras de una obra que se realiza al interior de la cárcel.
Cuando ese intento fracasó, la policía estatal y federal ingresó haciendo uso de fuerza letal. Ningún guardia falleció, pero uno de los policías resultó herido de gravedad con un pulmón perforado.
Se trata de 4.000 reclusos contra 300 guardias, dijo Fasci, quien añadió que la instalación no está diseñada para albergar a tantos prisioneros o reclusos de alto riesgo.
“Es muy difícil tenerlos en orden”, comentó.
Dijo que se requerirán de necropsias para determinar cuántos de los fallecidos fueron asesinados por otros reclusos y cuántos de ellos murieron a manos de las autoridades. Aparentemente, al menos dos de ellos murieron por heridas de bala.
En marzo pasado, cuatro reclusos de la misma prisión fallecieron de una sobredosis aparente después de tomar control de una farmacia del lugar.
En otra cárcel del estado de Nuevo León, 49 prisioneros fallecieron en febrero de 2016 durante un enfrentamiento entre facciones rivales del cártel de Los Zetas.
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