El nuevo gobierno conservador español aprueba este viernes sus primeras medidas de rigor, particularmente duras para los funcionarios que verán congelados sus sueldos y sus reemplazos, con el objetivo de reducir el elevado déficit público.
'Un decreto ley de medidas urgentes en materia presupuestaria', según palabras del nuevo presidente del gobierno, Mariano Rajoy, será adoptado por el consejo de ministros un mes después de la aplastante victoria de la derecha en las elecciones legislativas del 20 de noviembre.
El líder conservador ya anunció recortes presupuestarios por valor de 16,500 millones de euros (unos 21,340 millones de dólares) en 2012 'para el conjunto de las administraciones públicas'. Y advirtió que si el déficit alcanza finalmente el 7% del PIB, en lugar del 6% prometido por el anterior gobierno, habrá que 'recortar 10,000 millones más'.
Entre las medidas que el gobierno debe adoptar figurará una 'tasa de reposición cero' de los empleados públicos -es decir, el no reemplazo de los puestos vacantes- que afectará a todas las administraciones salvo los cuerpos de seguridad y otros 'servicios básicos', anunció la semana pasada la ministra portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría.
Se aprobará asimismo una prórroga de tres meses del presupuesto de 2011 y acuerdo de 'no disposición de gasto' en los ministerios, hasta la elaboración del presupuesto para 2012, que el nuevo gobierno no prevé presentar antes de finales de marzo en espera de disponer de los datos definitivos de déficit.
Según la prensa española, a estas medidas se sumará la prolongación de la congelación del sueldo de los funcionarios, decidida por el anterior gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
España se sumió en la crisis financiera mundial en 2008, empujada por el estallido de su burbuja inmobiliaria, y desde entonces su economía no logra levantar cabeza.
Tras registrar un crecimiento nulo en el tercer trimestre de 2011, se ve amenazada con una nueva recesión a principios de 2012, lo que pone en peligro el objetivo prioritario del gobierno de Rajoy, la reducción del déficit público a 4.4% en 2012 y 3% del PIB en 2013.