La oposición venezolana pidió este viernes tomar vías estratégicas de Venezuela el domingo durante la elección de una Asamblea Constituyente, pese a que el gobierno de Nicolás Maduro amenazó con encarcelar a quienes boicoteen la votación.
'Maduro, te pusiste la soga al cuello, te jugaste la última carta, el que te lo recomendó, te está empujando al barranco', dijo el líder opositor Henrique Capriles en una rueda de prensa de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Tras concluir en la mañana una huelga de 48 horas que dejó ocho muertos, pequeños grupos bloquearon este viernes con barricadas vías de Caracas y de ciudades como Maracaibo, San Cristóbal y Guayana, desatándose choques con militares y policías.
Varias calles del este capitalino --bastión opositor-- estaban desoladas, sin tránsito vehicular, pero el comercio abrió.
'Es normal que haya temor, pero la gente sigue en la calle a pesar de todo. A partir del lunes, si hay alguien que está en aprietos, es el señor Maduro', advirtió el diputado Freddy Guevara.
La oposición mantendrá las protestas pese a la prohibición del gobierno de realizar movilizaciones que afecten la elección de los 545 asambleístas y su amenaza de cárcel hasta por 10 años a quienes la obstaculicen.
'Dice la derecha que le va a impedir al pueblo salir a votar. Jamás', afirmó Maduro en un acto de entrega de viviendas.
La Constituyente aumentó la tensión en un país polarizado y sumido -pese a su riqueza petrolera- en una profunda crisis, con una brutal inflación y una grave escasez de alimentos y medicinas.
Un joven de 18 años murió de un disparo este viernes durante una protesta contra Maduro en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira (oeste).
La cifra de muertos en cuatro meses de manifestaciones se mantiene en 113, porque el Ministerio Público sacó de su lista a una persona que había incluido entre las víctimas.
La ONG Foro Penal reportó que el joven Wuilly Arteaga, quien toca el violín en las manifestaciones, fue arrestado por militares en Caracas.
También fue detenido el alcalde opositor de Iribarren, Alfredo Ramos, por supuestamente no levantar barricadas durante protestas, como ordenó el máximo tribunal.
'Alta tensión'
En vísperas de la elección, el gobierno estadounidense de Donald Trump sancionó a 13 funcionarios y militares venezolanos, entre ellos la presidenta del poder electoral, Tibisay Lucena, acusándolos de 'minar la democracia' y de actos de violencia o corrupción.
En una llamada telefónica, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, reiteró al líder opositor Leopoldo López, bajo arresto domiciliario, que si Maduro impone la Constituyente, su país responderá con más sanciones económicas.
Pero Maduro ratificó que no hay marcha atrás. Acusa a la oposición de intentar un golpe de Estado con apoyo de Washington y tilda de sumisos a gobiernos de Latinoamérica y Europa que piden frenar la Constituyente.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció que su país no reconocerá la Constituyente que, según la encuestadora Datanálisis, es rechazada por 70% de los venezolanos.
La elección generó temores por un mayor caos y violencia. Muchos se abastecieron de alimentos y miles cruzaron la frontera hacia Colombia.
Estados Unidos pidió a sus diplomáticos sacar a sus familias de Venezuela. El gobierno de Maduro lo acusó de hacer creer que el país está 'al borde de una guerra'.
Canadá recomendó a sus ciudadanos evitar viajar a este país y salir a los que ya están; mientras, la aerolínea Avianca canceló sus vuelos a Caracas y Air France los suspendió desde el domingo hasta el martes.
Una elección sin rival
La Constituyente cuenta con apoyo del máximo tribunal, del poder electoral y de los militares, a quienes Maduro ha dado gran poder político y económico.
'Nos queda jugarnos una carta, la carta que va a ganar este juego, y esa carta es la Asamblea Nacional Constituyente', manifestó Maduro, quien asegura que la iniciativa traerá paz y estabilidad económica.
La oposición se marginó de la Constituyente alegando que su sistema comicial fue diseñado para que el gobierno la controle y haga una Carta Magna para instaurar una dictadura.
Según analistas, el rechazo a la Constituyente afecta su legitimidad, por lo que el gobierno moviliza a sus bases buscando evitar la abstención, tras los 7,6 millones de votos que la oposición asegura logró en el plebiscito simbólico que hizo hace dos semanas contra esa iniciativa.
Pero debido al método de elección, que combina sufragio por territorios y sectores sociales, 62% de los 19,8 millones de electores podrá votar dos veces, lo que dificulta el cálculo de participación, según el experto electoral Eugenio Martínez.
El poder electoral flexibilizó los requisitos de votación, permitiendo a los electores sufragar en cualquier centro de su municipio, ante 'amenazas' de la oposición.