CIUDAD DEL VATICANO, SANTA SEDE.- El papa Francisco dedicó este domingo su oración a las víctimas de la estampida en Seúl, la capital surcoreana, que dejó más de 150 muertos durante una celebración de Halloween.
Después de su tradicional oración del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice pidió a los fieles que rezaran para las personas, especialmente jóvenes, “que murieron la víspera en Seúl, la consecuencia trágica de la repentina estampida de la multitud”.
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ESTAMPIDA
Al menos 153 personas murieron la noche del sábado en una estampida de miles de jóvenes que celebraban Halloween en las estrechas calles de un barrio del centro de Seúl, en lo que es una de las peores tragedias del país que el presidente prometió este domingo se investigará a fondo.
La aglomeración y estampida ocurrieron en el popular distrito capitalino de Itaewon, donde medios locales indican que hasta 100.000 personas -la mayoría adolescentes y veinteañeros- llegaron la noche del sábado, colmando sus callejones y calles sinuosas, en la primera gran fiesta en Seúl tras la pandemia.
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, declaró el domingo un período de duelo nacional y dijo en un mensaje por televisión que fue “una tragedia y un desastre que no debió ocurrir”.
Aseguró que el gobierno hará una “investigación rigurosa” de las causas y emprenderá acciones para “asegurar” que un suceso como este “no se repita en el futuro”.
“Tengo el corazón encogido y me resulta difícil contener mi dolor”, añadió en una alocución televisada el presidente, que acudió al lugar de la tragedia el domingo por la mañana, vestido con un chaleco verde de emergencia.
Testigos relataron cómo la gente intentaba salir de la sofocante aglomeración, apilándose unos encima de otros mientras paramédicos, abrumados por el número de víctimas, pedían a los transeúntes que les ayudaran a brindar primeros auxilios.
“Había tanta gente empujándose, yo quedé atrapado en la primera multitud y al principio no podía salir”, relató a la AFP Jeon Ga-eul, de 30 años, quien estaba tomando una copa en un bar en ese momento. “Salí a ver, y vi a la gente dando primeros auxilios cardio-respiratorios”.
El Ministerio del Interior informó a la AFP de que 153 personas murieron, entre ellas 20 extranjeros, en la estampida, que se produjo en torno a las 22H00 locales (13H00 GMT).
La mayoría eran mujeres jóvenes de unos 20 años, dijo, y añadió que 134 personas resultaron heridas.
Entre los extranjeros muertos había ciudadanos de Irán, China, Uzbekistán y Noruega, según la agencia de noticias Yonhap. Dos rusos también se encontraban entre los muertos, según la agencia Tass.
Las autoridades de Seúl dijeron que también habían recibido 2.642 informes sobre personas desaparecidas.
Como en una tumba
Choi Seong-beom, del departamento de bomberos, explicó que “el elevado número de víctimas se debió a que muchos fueron pisoteados”.
Imágenes de AFP mostraron numerosos cuerpos tendidos en la calle cubiertos por mantas o mortajas improvisadas, y socorristas cargando cadáveres.
“Las personas caían apiladas unas encima de otras como en una tumba. Algunos perdían gradualmente el conocimiento y otras parecían muertas en ese momento”, señaló un testigo a la agencia noticiosa Yonhap.
En una entrevista con la red local YTN, el médico Lee Beom-suk describió las escenas de tragedia y caos. “Cuando primero intenté socorrer había dos víctimas tendidas en el pavimento. Pero el número se disparó poco después, desbordando a los socorristas en el sitio”, contó.
“Muchos transeúntes llegaron a ayudarnos. Es difícil describirlo con palabras. Los rostros de tantas víctimas estaban pálidos. Yo no podía sentirles el pulso o la respiración y a muchos les sangraba la nariz”, agregó.
Una usuaria de Twitter que dijo que se encontraba en Itaewon cuando ocurrió la tragedia compartió un video que muestra a cientos de personas disfrazadas en un callejón estrecho lleno de bares y cafés.
La multitud se ve tranquila al inicio, pero luego comienza la conmoción, y las personas comienzan a empujarse. Se escuchan gritos y suspiros, y una mujer dice en inglés: “Dios mío, Dios mío”.
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