En la conversación -de hace dos años- el Santo Pontífice reveló que en efecto sí piensa en la muerte y que se imagina como 'Papa, en funciones o emérito y, en Roma. No volveré a Argentina', aseguró entonces para el diario argentino La Nación.
Y aunque afirmó que medita sobre ese día final, recalcó que 'en absoluto' le produce miedo.
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Salud
Por otro lado, Francisco compartió que se siente 'bien y lleno de alegría', a pesar del 'momento díficil' que vivió en 1957, luego de que le extirparan el lóbulo superior del pulmón derecho debido a la existencia de tres quistes.'Cuando me recuperé de la anestesia, el dolor que sentía era muy intenso. No es que no estuviera preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me recuperaría', detalló.
En tal sentido, añadió que su recuperación fue completa y que nunca percibió 'ninguna limitación' ni ha tenido que 'limitar o cancelar' sus actividades previstas o viajes internacionales.
'Nunca he sentido fatiga ni falta de aire. Como me explicaron los médicos, el pulmón derecho se ha expandido y ha cubierto todo el hemitórax ipsilateral', precisó el Papa.
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Traumas
Además, el Papa comentó que nunca ha sido sometido a un psicoanálisis. Sin embargo, cuando se desempeñó como provincial de los jesuitas -en los días 'terribles de la dictadura'- tuvo que recurrir a la clandestinidad para sacar a las personas del país y 'salvar sus vidas'.'Tuve que enfrentarme a situaciones que no sabía cómo afrontar. Fui a ver a una señora -una gran mujer- que me había ayudado a leer unos test psicológicos para novatos. Así que, durante seis meses, la consulté una vez a la semana', compartió durante la entrevista.
Según Francisco, la psiquiatra le ayudó a orientarse sobre 'cómo afrontar los miedos de aquella época'.
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'Imagínense lo que fue transportar a una persona oculta en el coche, sólo por una manta, y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme', recordó.
Finalmente, el Papa habló de la ansiedad que le provoca hacer todo de inmediato y, aprovechó para citar un proverbio de Napoleón Bonaparte: 'Vísteme despacio, que tengo prisa'.
En ese contexto, hizo referencia a la necesidad de 'saber frenar' antes de realizar alguna acción; al igual que, explicó que uno de sus métodos para calmarse es escuchar a Bach. 'Me ayuda a analizar mejor los problemas', apuntó.
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