LISBOA, PORTUGAL.- El papa Francisco, de 86 años, llegó este miércoles en Lisboa para una visita de cinco días dedicada a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), donde se espera que reúna alrededor de un millón de peregrinos de todo el mundo.
El avión del jesuita argentino aterrizó las 09:45 de la mañana (hora de Portugal) en el aeropuerto militar de Lisboa.
En su primer discurso ante las autoridades políticas portuguesas y el cuerpo diplomático, el papa llamó a Europa a ser una “constructora de puentes” para la paz en Ucrania.
“Mirando con cariño sincero a Europa, en el espíritu de diálogo que la caracteriza, nos saldría espontáneo preguntarle: ¿hacia dónde navegas, si no ofreces procesos de paz, caminos creativos para poner fin a la guerra en Ucrania y a tantos conflictos que ensangrientan el mundo?”, cuestionó Jorge Bergoglio.
“El mundo necesita a Europa, a la verdadera Europa; necesita de su papel de constructora de puentes y de paz”, reclamó el pontífice, quien abogó reiteradamente por el fin del conflicto que se desató con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
La apretada agenda para estos cinco días de Francisco, quien hace dos meses se sometió a una operación en el abdomen, arrancó con una entrevista con el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, en el Palacio de Belém.
En los alrededores, cientos de jóvenes peregrinos le aguardaban desde temprano al son de sus tambores y entonando cánticos como “Esta es la juventud del papa”.
Jornada Mundial de la Juventud
En los últimos días, la capital portuguesa ha ido llenándose de coloridos grupos de jóvenes, llegados de todos los continentes para participar en esta semana de encuentros festivos, culturales y espirituales.
La misa de apertura -celebrada el martes, todavía sin Francisco- reunió a 200 mil peregrinos en un parque de la ciudad, según la policía portuguesa. El primer encuentro multitudinario del pontífice con los jóvenes se producirá la tarde del jueves en una ceremonia en el mismo lugar, a la que podrían acudir 750.000 fieles, de acuerdo a proyecciones de las autoridades locales.
A menos de dos meses del inicio en Roma de una asamblea que abordará el futuro de la Iglesia, la JMJ actuará como barómetro sobre la posición de los jóvenes católicos hacia cuestiones como el trato a las personas LGTB+, el matrimonio de los sacerdotes o la posición de las mujeres.
Considerada la mayor reunión internacional de católicos, la JMJ fue creada en 1986 por iniciativa de Juan Pablo II.
Después de las celebradas en Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016) y Panamá (2019), esta edición, que tuvo que atrasarse un año por la pandemia, es la cuarta JMJ para Francisco.