MANAOS, BRASIL.- Las autoridades brasileñas continuaban este miércoles buscando al periodista británico y al indigenista desaparecidos hace más de tres días en la Amazonía, sin descartar “ninguna línea de investigación”, incluida la de homicidio, en una región con fuerte presencia del narcotráfico.
Pese al tiempo transcurrido desde su desaparición, la policía y las Fuerzas Armadas intentan hallar algún rastro del periodista Dom Phillips, de 57 años y del experto Bruno Pereira, de 41 años, y todavía tienen esperanzas de hallarlos con vida.
“Hasta el momento hablamos de una desaparición”, dijo Eduardo Alexandre Fontes, jefe de la Policía Federal en el estado de Amazonas (norte de Brasil). Pero “investigaremos un eventual homicidio, caso haya ocurrido. No descartamos ninguna línea de investigación”, agregó.
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Según Fontes, la región donde se perdieron, Valle de Javarí, en el extremo oeste del estado de Amazonas, es “bastante peligrosa, con una criminalidad intensa: tráfico de drogas transfronterizo, fuerte por la proximidad con Perú y Colombia, pero también hay minería, explotación de madera y pesca ilegales”.
Phillips, colaborador del diario británico The Guardian, y Pereira -un profundo conocedor de la región- realizaban entrevistas para un libro sobre conservación ambiental y desarrollo local.
Habían viajado en barca al lago Jaburu y debían volver a la ciudad de Atalaia do Norte la mañana del domingo. La última vez que se les vio fue en Sao Gabriel, no muy lejos de su destino.
Un hombre detenido y pericias en curso
Hasta ahora, unas seis personas fueron interrogadas y un hombre fue detenido en calidad de “sospechoso”, según la policía, que está intentando determinar si posee vínculo con la desaparición.
Testigos dijeron haberlo visto pasar en una lancha a gran velocidad en la misma dirección que Phillips y Pereira, después que fueron vistos por última vez. Pero la policía sostiene que el hombre fue arrestado porque portaba municiones de calibre no permitido y drogas.
“Estamos investigando si existe vínculo entre él y lo que ocurrió, pero por ahora no tenemos nada”, dijo el miércoles Carlos Mansur, secretario de Seguridad de Amazonas, a cargo de las policías locales.
De acuerdo con Mansur, que no ahondó en detalles para preservar las investigaciones, la policía incautó ciertos “materiales” en los que buscará si hay “rastros de sangre”, pero que por ahora todo se trata de “sospechas”.
“Por ahora nuestro trabajo principal se concentra en la búsqueda, tenemos esperanza de encontrarlos con vida, de que hayan tenido algún problema con el barco, de que hayan entrado en algún brazo del río o que estén en algún lugar de la selva”.
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El operativo en esta área de difícil acceso incluye unos 250 hombres entre policías, militares y bomberos, además de dos aeronaves, drones, 16 barcos y otros vehículos, según la policía.
Amenazas previas
Pereira, experto de la agencia gubernamental de asuntos indígenas de Brasil (Funai), ya había sido amenazado por madereros y mineros ilegales. Actualmente está cursando una licencia temporal de su cargo para dedicarse a “asuntos personales”, según el organismo.
Tras su desaparición, Phillips y Pereira suscitaron numerosos mensajes de apoyo de organizaciones periodísticas, grupos ambientalistas y celebridades, incluida la leyenda del fútbol brasileño Pelé.
“La lucha por la preservación de la Amazonía y la protección de los grupos indígenas es de todos nosotros”, escribió el exfutbolista en Instagram, junto a un video publicado la víspera en que la esposa de Phillips, ahogada en llanto, pide ayuda a las autoridades brasileñas para encontrarlo.
“Me junto a las muchas voces que apelan a intensificar las búsquedas y puedan encontrarlos lo antes posible”, concluyó el astro, de 81 años.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, calificó el martes de “aventura no recomendable” la expedición que realizaban Phillips y Pereira y aseguró que “en una región como aquella” podía pasar “cualquier cosa”.
El ultraderechista es acusado por ambientalistas de alentar las invasiones de tierras indígenas en favor del agronegocio y la explotación minera.
En un comunicado, Greenpeace consideró que la desaparición forma parte del “retroceso ambiental que el gobierno de Bolsonaro ha promovido con empeño en áreas protegidas y contra activistas ambientales” y citó un informe que da cuenta de 20 asesinatos de activistas ligados a la causa ambiental en 2020.
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