En entrevista con The Associated Press, David Beasley dijo que el Comité Noruego del Nobel estuvo atento al trabajo diario del PMA en conflictos, desastres y campos de refugiados, cuyo personal puso a menudo su vida en peligro para alimentar a millones de personas hambrientas, pero también para enviar “un mensaje al mundo de que la situación se está agravando... (y) que nuestra labor más difícil aún está por venir”.
“Fue muy oportuno porque hemos estado luchando para hacernos escuchar', señaló Beasley en referencia al otorgamiento del galardón el mes pasado, subrayando que las noticias han sido dominadas por las elecciones en Estados Unidos y la pandemia de COVID-19, y la dificultad de atraer la atención global enfocada en “la farsa que estamos enfrentando en todo el mundo”.
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“Así que esto fue en verdad un regalo desde lo alto”, señaló Beasley, que recordó la sorpresa de los 20,000 miembros del personal del PMA en todo el mundo, y su propio asombro cuando lo interrumpieron por la noticia durante una reunión en Níger, en la región de Sahel de África.
Beasley recordó su advertencia en abril al Consejo de Seguridad de la ONU que mientras el mundo enfrentaba la pandemia de coronavirus, este también estaba “al borde de una pandemia de hambre” que podría causar “múltiples hambrunas de proporciones bíblicas” en unos meses si no se adoptan medidas inmediatas.
“Logramos atraer la atención en 2020... porque los líderes del mundo respondieron con dinero, programas de estímulo y aplazamientos de la deuda”, señaló.
Ahora, dijo Beasley, el covid-19 se está intensificando de nuevo, las economías continúan deteriorándose en particular en los países de ingresos bajos y medios, y hay una nueva ola de confinamientos y paralización de actividades.