La Paz, Bolivia
Un enfrentamiento entre presos y policías durante una requisa dejó seis reclusos muertos y una veintena de heridos en el penal de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz, en el este de Bolivia.
'Tenemos contabilizadas seis personas que han perdido la vida en este operativo, que han resistido a la policía con armas de fuego', dijo el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, en conferencia de prensa.
Unos 2.300 policías ingresaron en la madrugada a la cárcel de Palmasola, donde había unos 4.000 reclusos, una semana después de que estallara un motín tras la decisión gubernamental de prohibir la visita de niños menores de 6 años a sus familiares presos.
Quiroga explicó que el motín tuvo como trasfondo una pugna de poder entre los internos, además de que 'había un completo desgobierno de Palmasola', pese a que el ingreso de personas y productos está en manos policiales.
Cuando comenzaron a ingresar los uniformados para la requisa, en busca de drogas y armas, algunos presos hicieron 'uso de armas de fuego' hiriendo a tres oficiales, por lo que los agentes reaccionaron disparando, agregó el viceministro.
Aseguró que el propósito de la r equisa era retomar el control de la cárcel, 'pues se ha podido identificar que desde el recinto se estaban' planificando delitos a ser perpetrados en la ciudad.
'Ha sido un operativo exitoso, hemos tomado el control' del penal, dijo Quiroga, agregando que los reos conflictivos serán reubicados en otras cárceles.
- Droga y destiladora de alcohol -
El jefe nacional de la Policía, general Alfonso Mendoza, indicó que en el operativo hubo seis uniformados y 18 presos heridos, por armas de fuego y diversos objetos.
En la requisa, que contó con la presencia de la fiscalía, las autoridades hallaron 'una fábrica destiladora de alcohol, un sin fin de puestos (de venta) de droga, marihuana, cocaína', así como las armas utilizadas contra los uniformados, dijo Mendoza.
También mencionó que antes del ingreso los policías lograron gestionar la salida de esposas e hijos de los presos, quienes pernoctan voluntariamente en el penal, pero salen de día a trabajar y estudiar.
Tras la requisa, afuera del penal se congregaron decenas de familiares de reclusos, quienes exigían a gritos y con llanto saber qué pasaba con sus seres queridos.
'Han entrado a lincharlos, a dispararlos con armas de fuego, han entrado a matarlos. Mi esposo está adentro, no sé si vivo o muerto', dijo llorando una mujer a la radio católica Fides.
La policía dispersó con aerosoles lacrimógenos a la gente congregada afuera del penal.
- Una historia de violencia -
La cárcel de Palmasola fue escenario, en 2013, del más grave enfrentamiento entre presos registrado en Bolivia, que dejó 35 muertos. El penal se asemeja a una ciudadela donde algunos reclusos ejercen el control interno, bajo escasa supervisión estatal.
La semana pasada hubo un motín y una fuga de media docena de reclusos y dos aún siguen prófugos.
Las cárceles bolivianas sufren un grave hacinamiento y son, según la OEA, las segundas más superpobladas de Latinoamérica, después de las de El Salvador.
Los penales en Bolivia tienen capacidad para 3.738 presos, pero albergan a más de 15.000, según los últimos datos disponibles de la Dirección Nacional de Régimen Penitenciario.
Un enfrentamiento entre presos y policías durante una requisa dejó seis reclusos muertos y una veintena de heridos en el penal de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz, en el este de Bolivia.
'Tenemos contabilizadas seis personas que han perdido la vida en este operativo, que han resistido a la policía con armas de fuego', dijo el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, en conferencia de prensa.
Unos 2.300 policías ingresaron en la madrugada a la cárcel de Palmasola, donde había unos 4.000 reclusos, una semana después de que estallara un motín tras la decisión gubernamental de prohibir la visita de niños menores de 6 años a sus familiares presos.
Quiroga explicó que el motín tuvo como trasfondo una pugna de poder entre los internos, además de que 'había un completo desgobierno de Palmasola', pese a que el ingreso de personas y productos está en manos policiales.
Cuando comenzaron a ingresar los uniformados para la requisa, en busca de drogas y armas, algunos presos hicieron 'uso de armas de fuego' hiriendo a tres oficiales, por lo que los agentes reaccionaron disparando, agregó el viceministro.
Aseguró que el propósito de la r equisa era retomar el control de la cárcel, 'pues se ha podido identificar que desde el recinto se estaban' planificando delitos a ser perpetrados en la ciudad.
'Ha sido un operativo exitoso, hemos tomado el control' del penal, dijo Quiroga, agregando que los reos conflictivos serán reubicados en otras cárceles.
- Droga y destiladora de alcohol -
El jefe nacional de la Policía, general Alfonso Mendoza, indicó que en el operativo hubo seis uniformados y 18 presos heridos, por armas de fuego y diversos objetos.
En la requisa, que contó con la presencia de la fiscalía, las autoridades hallaron 'una fábrica destiladora de alcohol, un sin fin de puestos (de venta) de droga, marihuana, cocaína', así como las armas utilizadas contra los uniformados, dijo Mendoza.
También mencionó que antes del ingreso los policías lograron gestionar la salida de esposas e hijos de los presos, quienes pernoctan voluntariamente en el penal, pero salen de día a trabajar y estudiar.
Tras la requisa, afuera del penal se congregaron decenas de familiares de reclusos, quienes exigían a gritos y con llanto saber qué pasaba con sus seres queridos.
'Han entrado a lincharlos, a dispararlos con armas de fuego, han entrado a matarlos. Mi esposo está adentro, no sé si vivo o muerto', dijo llorando una mujer a la radio católica Fides.
La policía dispersó con aerosoles lacrimógenos a la gente congregada afuera del penal.
- Una historia de violencia -
La cárcel de Palmasola fue escenario, en 2013, del más grave enfrentamiento entre presos registrado en Bolivia, que dejó 35 muertos. El penal se asemeja a una ciudadela donde algunos reclusos ejercen el control interno, bajo escasa supervisión estatal.
La semana pasada hubo un motín y una fuga de media docena de reclusos y dos aún siguen prófugos.
Las cárceles bolivianas sufren un grave hacinamiento y son, según la OEA, las segundas más superpobladas de Latinoamérica, después de las de El Salvador.
Los penales en Bolivia tienen capacidad para 3.738 presos, pero albergan a más de 15.000, según los últimos datos disponibles de la Dirección Nacional de Régimen Penitenciario.
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