Los pastores que atienden a los 1,5 millones de personas sin residencia legal que se estima viven en Texas, ofrecen nuevos programas de ayuda. En algunos casos, visitan a las familias que tienen miedo de los controles migratorios.
Una nueva ley estatal contra las llamadas ciudades santuario y la amenaza de penas de prisión a los funcionarios locales que se nieguen a acatarla coinciden con un repunte de las detenciones por motivos migratorios en las ciudades más grandes del estado.
En Texas, como en el resto del país, algunas parroquias y comunidades con una fuerte presencia de inmigrantes sin permiso de residencia reportaron un ligero descenso en la asistencia a los servicios dominicales. Otros reportan que más migrantes en esta situación acuden a la iglesia en busca de tranquilidad y ayuda.
Julio Barquero, ministro laico de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), rezó en una visita reciente a un domicilio para ayudar a los latinos y al estado de Texas.