El cuestionamiento que hizo el presidente electo Donald Trump a la antigua política estadounidense hacia Taiwán está ocasionando una creciente respuesta negativa en China y advertencias sobre una interrupción potencialmente peligrosa en las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo.
Trump rompió la tradición diplomática cuando habló por teléfono con la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen el 2 de diciembre y dijo que podría usar el reconocimiento de Estados Unidos a Beijing como palanca para obtener ventajas comerciales y en otras áreas.
Esto se acerca peligrosamente a lo que puede tolerar China, que no reconoce formalmente a Taiwán y tampoco permite cuestionar su reclamo de soberanía sobre la isla.
A continuación, un vistazo al tema de Taiwán en las relaciones entre China y Estados Unidos.
Donald Trump y la presidenta taiwanesa Tsai In-wen.
¿DÓNDE ESTÁ ESTADOS UNIDOS?
Las fuerzas nacionalistas chinas capturaron Taiwán —una antigua colonia japonesa— al final de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente instalaron su gobierno en la isla después de huir del territorio continental en 1949, antes de la victoria comunista en la guerra civil china. Beijing amenaza con usar la fuerza militar para unificarse con Taiwán.
Washington, que cambió su reconocimiento de Taipéi a Beijing en 1979, técnicamente sólo mantiene lazos no oficiales con Taiwán, aunque la ley estadounidense requiere al gobierno asegurarse de que la isla tiene la capacidad de defenderse a sí misma y enfrentar todas las amenazas como cuestiones de carácter nacional.
Estados Unidos y China han firmado tres acuerdos que guían el enfoque de Washington hacia la política taiwanesa, incluyendo el reconocimiento del reclamo territorial chino y donde se promete reducir la venta de armas a Taiwán siempre y cuando China adopte una política pacífica de unificación.
Sin embargo, un par de exfuncionarios del gobierno de George W. Bush, Dan Blumenthal y Randall Schriver, hace poco hablaron a favor de reevaluar ese enfoque, una decisión que podría inquietar profundamente a aquellos que supervisan las relaciones en Beijing y Washington.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
El mensaje de fondo de China es que no permitirá ningún reconocimiento formal al gobierno de Taiwán por parte de Estados Unidos y tampoco un cambio de posición en Washington que pueda ver a la isla como independiente de China. Es posible que en ese caso China responda cortando lazos diplomáticos y suspendiendo la cooperación con Estados Unidos en un amplio rango de temas militares, económicos y políticos.
La declaración de Trump es 'un increíble acto de política suicida y orgullo desmedido, algo que amenaza unas cuatro décadas de diplomacia que ha preservado la paz y promovido la prosperidad', dijo Joseph Fewsmith, experto en China de la Universidad de Boston.
Aunque Beijing hasta ahora se ha contenido en su respuesta, si Trump continúa en este camino, 'China reaccionará y fuerte', advierte Fewsmith.
China cortó lazos con la líder de Taiwán desde que fue electa en enero por su negativa a apoyar el punto de vista de Beijing de que la isla es parte de una sola nación china.
El número de turistas chinos que visitan la isla se ha reducido drásticamente y China ha intervenido para evitar la participación de Taiwán en foros internacionales, que van desde asociaciones aéreas hasta organizaciones como la Interpol.
¿A QUÉ ESTAR ATENTOS?
Mientras Trump busca cumplir sus promesas de campaña de balancear el comercio con China, Taiwán servirá como una 'parte esencial de la misión', dijo Miles Yu Maochun, experto en política china en la Academia Naval de Estados Unidos.
Una reevaluación de la política estadounidense hacia Taiwán tal vez no sea algo tan malo si esta se alinea más de cerca con sus actuales aliados, agregó Yu. Cuando Estados Unidos rompió lazos oficiales con Taiwán, la isla era gobernada por una dictadura militar que insistía en que era el único gobierno representativo de toda China. Hoy, Taiwán se mantiene como una democracia estándar, liberal y multipartidista.
'El gobierno de Trump está en una divergencia revolucionaria del sistema establecido de matices diplomáticos y 'ambigüedad estratégica''', de acuerdo con Yu. 'Y como tal, bien podría abandonar a la madre de todo doble discurso diplomático llamado política de 'una sola China'''.