Agentes antimotines y manifestantes se enfrentaban este jueves en un cruce de bombas lacrimógenas y cócteles molotov en un sector del este de Caracas, por donde marchaban miles de opositores contra el presidente Nicolás Maduro, luego de tres semanas de violentas protestas que dejan ocho muertos.
Una batería de gases era lanzada por la policía, que estaba haciendo retroceder, apoyados con un camión blindado, a los manifestantes en Chacaíto, en el acceso a la estratégica autopista Francisco Fajardo.
Un grupo de jóvenes manifestantes con los rostros cubiertos con pañuelos y capuchas les respondía con cócteles molotov y piedras, constaron periodistas de la AFP. Un helicóptero de la Policía sobrevolaba la zona.
'Libertad', pero también insultos, como 'malditos' y 'cobardes', les gritaban algunos a los efectivos policiales, protegidos con chalecos, cascos y escudos antimotines.
Con tanquetas y barreras metálicas, contingentes de policías y militares fueron desplegados en vías importantes de Caracas y otras ciudades, y en zonas donde el miércoles hubo disturbios en una multitudinaria movilización opositora que exigió elecciones generales, también disuelta con bombas lacrimógenas.
En esa jornada murieron un adolescente de 17 años en Caracas y una joven de 23 en San Cristóbal (ciudad fronteriza con Colombia) y un militar en las afueras de la capital.
Entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves se registraron disturbios y saqueos en sectores como El Paraíso. Algunos comercios, instituciones y estaciones del metro cerraron este jueves.
¡Nadie se rinde!
Los manifestantes opositoras, que exigen elecciones generales, no han logrado llegar al centro de Caracas, bastión del chavismo, donde Maduro encabezó el miércoles una masiva concentración de sus seguidores.
Pese a la violencia y para no bajar la presión, los opositores volvieron a la calle. Más temprano, en el oeste de la capital, en Santa Mónica y El Paraíso, las fuerzas de seguridad dispersaron en acciones rápidas pequeñas concentraciones de manifestantes, pero no lograron contener la marcha.
'Cansancio hay, pero tenemos que echarle bolas (ponerle coraje). Yo estoy dispuesto a salir a la calle todos los días si hace falta', declaró a la AFP Aquiles Aldazoro, un universitario de 22 años, quien llevaba una pancarta en que se leía: 'El que no se mueve no escucha el ruido de sus cadenas'.
El líder opositor Henrique Capriles pidió a la gente no dejarse intimidar. 'Nadie se rinde, nuestro deber es defender la Constitución', dijo este jueves.
Según la ONG Foro Penal, además de las víctimas mortales, decenas resultaron heridos y suman más de 500 detenidos en total con las marchas anteriores.
'Mientras más fuertes sean las protestas, más fuerte será la represión', auguró el analista Diego Moya-Ocampos, del centro IHS Markit Country Risk (Londres).
La Unión Europea condenó este jueves los actos de violencia y llamó a una 'desescalada' del conflicto. Amnistía Internacional alertó por la 'represión' y el presidente argentino Mauricio Macri lamentó 'que no se haya atendido el pedido de la región de garantizar una jornada pacífica.
'Instamos a gestos concretos de todas las partes para reducir la polarización y crear las condiciones necesarias para abordar los desafíos del país en beneficio del pueblo venezolano', llamó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Elecciones en la mira
La ola de protesta se desató el 1 de abril, tras sentencias del máximo tribunal electoral, que retiró la inmunidad a los diputados y se adjudicó las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición.
Maduro, a quien la oposición acusa de hundir al país en una de las peores crisis económica y política de su historia, asegura que las protestas buscan derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos y llevar a una intervención militar contra Venezuela.
Su aliado, el mandatario boliviano Evo Morales lo secundó este jueves acusando a Estados Unidos de planear el derrocamiento de Maduro.
El presidente, cuyo mandato termina en 2019, dice querer pronto elecciones para derrotar a la oposición. Las de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fueron suspendidas y aún no tienen fecha, las de alcaldes están pautados para este año y las presidenciales para diciembre de 2018.
Según las encuestas, siete de cada diez venezolanos reprueban el gobierno, asfixiados por la crisis económica, con una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación -la más alta del mundo- que el FMI estima en 720,5% este año.
'La estrategia del gobierno parece ser mantenerse en el poder a costa de lo que sea y evitar que haya elecciones porque la crisis lo hizo bastante impopular', opinó Moya-Ocampos.
La oposición afirma que a Maduro lo sostiene el apoyo de la cúpula de la Fuerza Armada, a la que le dio enorme poder económico y militar y que le ha ratificado 'lealtad incondicional'.