Por Jeremy W. Peters / The New York Times
Enemistarse con los activistas transgénero significa a menudo soportar sus críticas despiadadas.
Después de que un congresista demócrata estadounidense defendió a los padres que expresaron su preocupación por el hecho de que atletas transgénero compitieran contra sus hijas pequeñas, un funcionario y aliado del partido local lo comparó con un “cooperador” nazi, y un grupo llamado “Vecinos Contra el Odio” organizó una protesta afuera de su oficina.
Cuando J.K. Rowling dijo que negar cualquier relación entre sexo y biología era “profundamente misógino y regresivo”, un conocido grupo LGBTQ la acusó de traicionar el “verdadero feminismo”.
Unos cuantos detractores furiosos publicaron videos de ellos quemando sus libros.
Cuando la Administración Biden sostuvo una llamada con aliados LGBTQ el año pasado para hablar de nuevos límites a la participación de estudiantes atletas transgénero, un activista dijo furibundo en la llamada que la Administración sería cómplice del “genocidio” de jóvenes transgénero, dijeron dos personas con conocimiento del incidente.
Ahora, algunos activistas dicen que es hora de recalibrar su ánimo de confrontación.
“Tenemos que aceptar que alguien cambie de opinión”, dijo Rodrigo Heng-Lehtinen, director ejecutivo de Defensores de Igualdad Transgénero. “No podemos vilipendiarlos por no estar de nuestro lado”.
Citan tácticas, particularmente en las redes sociales, que se volvieron rutinarias para los partidarios del movimiento: intentos por controlar el lenguaje, como eliminar las palabras “masculino” y “femenino” de las discusiones sobre embarazo y aborto; denunciar la identificación errónea de una persona transgénero como violencia; e insistir en que todos declaren sus pronombres preferidos.
Heng-Lehtinen, de 38 años, que creció en una prominente familia republicana en Florida y se declaró transgénero después de la universidad, dijo que por más dolorosa que pueda ser la elección de Donald J. Trump para las personas transgénero, el movimiento debería ver los beneficios de tratar a los escépticos menos como enemigos y más como futuros aliados.
Los activistas LGBTQ enfrentan un panorama político en EU que se ha vuelto más hostil. Más de dos docenas de Estados limitan ahora el acceso al tratamiento médico de transición.
“Lo que enfrentamos es una injusticia fundamental, y eso no proviene de personas interesadas en transigir y en un debate abierto”, afirmó Gillian Branstetter, que trabaja en defensa de las personas transgénero para la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
Pero los demócratas se sienten desilusionados con un debate que, afirman, puede parecer intolerante.
“Por un lado, llamamos raros a los republicanos, y por otro somos el partido que hace que la gente ponga pronombres en su firma de correo electrónico”, dijo el diputado demócrata Seth Moulton, que desató protestas en su oficina después de expresar su preocupación de que los atletas transgénero pudieran tener una ventaja.
Aun así, añadió, los demócratas y la mayoría de los estadounidenses quieren proteger a las personas transgénero de la discriminación.
Menos estadounidenses hoy que hace dos años dicen que apoyan algunos derechos que los activistas han buscado, como permitir que los menores de edad se sometan a un tratamiento de transición de género, reporta el Instituto Público de Investigación de Religión. Y las encuestas han encontrado que la mayoría de los estadounidenses cree que la defensa de los derechos de las personas transgénero ha ido “demasiado lejos”.
Esta tendencia lastima a muchos activistas LGBTQ de años, muchos de los cuales trabajaron en la campaña de décadas por lograr una aceptación generalizada para los homosexuales y lesbianas. En entrevistas, algunos enfatizaron que era importante ver el panorama completo: el movimiento LGBTQ está pasado por un giro difícil, tratando de aplicar las lecciones de la campaña pro matrimonio entre personas del mismo sexo a la lucha más nueva por la igualdad de las personas transgénero.
Evan Wolfson, fundador del grupo pro matrimonio entre personas del mismo sexo Libertad para Casarse, dijo que él y otros aprendieron que una clave para la victoria a largo plazo era aceptar triunfos pequeños y menos gratificantes al principio, como las uniones civiles.
Los partidarios dijeron que la investigación había descubierto que los mensajes más eficaces tienen en cuenta que la mayoría de los estadounidenses sabe poco sobre la vida como persona transgénero y refuerzan la idea de que los transgénero quieren lo que quieren todos los demás: justicia, respeto y amor.
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