Por Dennis Overbye / The New York Times
En una impresionante hazaña científica y tecnológica, un grupo de astrónomos dijo el mes pasado que había logrado tomar la primera fotografía de cerca de una estrella en otra galaxia.
La imagen no solo impuso un récord de distancia para tal intimidad cósmica, sino que la estrella, abultada como una fruta demasiado madura, parece estar a punto de explotar.
“Por primera vez, hemos logrado tomar una imagen en acercamiento de una estrella moribunda en una galaxia fuera de nuestra Vía Láctea”, dijo Keiichi Ohnaka, astrofísico en la Universidad Nacional Andrés Bello en Chile, en un comunicado de prensa del Observatorio Europeo Austral, una colaboración internacional que opera una agrupación de potentes telescopios en Chile.
La estrella se llama WOH G64. Está en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia que orbita la Vía Láctea a una distancia de unos 160 mil años luz y es visible como una gran nube de luz en el hemisferio sur.
La galaxia fue escenario de la última gran explosión de supernova presenciada por los astrónomos, en 1987, un evento conocido como SN1987A.
Las observaciones realizadas con una nave espacial llamada Satélite Astronómico Infrarrojo en la década de 1980 revelaron que WOH G64, que alguna vez se pensó que era fría y tenue, es en realidad la estrella supergigante roja más luminosa de esa galaxia, un coloso al menos 2 mil veces más grande que el Sol.
Cuando estrellas tan grandes finalmente se quedan sin el combustible termonuclear que mantiene encendido su fuego interno, sus núcleos colapsan. Algunas estrellas particularmente masivas desaparecen en agujeros negros.
Pero otras repuntan y explotan como supernovas, arrojando elementos recién creados al espacio para sembrar nuevas estrellas y planetas antes de instalarse en sus estados finales como agujeros negros o diminutas y densas estrellas de neutrones.
Pero antes de fenecer, las estrellas masivas pueden pasar miles de años o más haciendo erupción de nubes de gas desde sus superficies.
Ohnaka y su equipo lograron su vista de cerca a este proceso utilizando el Very Large Telescope, compuesto por cuatro telescopios de 8 metros de diámetro en el Cerro Paranal, una montaña en Chile, y un interferómetro llamado GRAVITY que combina la luz de los telescopios para lograr la resolución de un telescopio mucho más grande.
La nueva foto muestra la estrella con forma de mango rodeada de coronas y arcos de gas y polvo previamente expulsados por la estrella moribunda.
Nadie sabe cuánto durará el espectáculo, dijeron los astrónomos.
“Si nos guiamos por la supernova 1987A, WOH G64 podría convertirse primero en una supergigante azul y expulsar ‘anillos de humo’ mientras luce un ‘cinturón’ ecuatorial”, dijo Jacco van Loon, miembro del equipo de la Universidad de Keele en Inglaterra, que tiene años estudiando este coloso estelar.
WOH G64 parece haberse atenuado, añadió, y parece haberse calentado durante el periodo de tiempo en el que lo ha estado observando. “Nunca antes habíamos capturado esa metamorfosis en el acto”, dijo.
Aunque Ohnaka no estaba seguro de qué etapa ha alcanzado WOH G64, agregó, “Creo que es interesante mantenernos atentos”.
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