Por Vivian Wang/ The New York Times
Antes de emprender la primera gira nacional de su banda, Ba Nong tenía una tarea: terminar la cosecha de verano.
De pie en un campo, dos días antes de la primera fecha de la gira en septiembre, Ba Nong, líder de la banda china Varihnaz, miró los restos amarillentos de los tallos de arroz de los que se había estado ocupando.
“La tierra descansa y yo puedo ir a tocar”, dijo.
Planear en torno a la cosecha puede ser una forma poco convencional de manejar una trayectoria musical en ascenso, pero Varihnaz es una banda poco convencional.
Para sus miembros —dos agricultores y un ex albañil de la zona rural de Guangxi, en el suroeste de China— la tierra y su música son inseparables. En lugar de los temas habituales de amor y anhelo, sus letras se centran en los pesticidas y la cría de aves de corral.
Varihnaz significa “campos llenos de fragantes flores de arroz”, en el idioma de la minoría étnica zhuang de Guangxi. Para sus fans, el grupo ofrece un respiro de los artistas populares hipercomercializados de China, con música sobre una forma de vida más sencilla y lenta, una alternativa a la intensa competencia de la vida china moderna.
Ba Nong espera que su música ayude a la gente a sacudirse las expectativas convencionales. “Mientras más tolerante y desarrollada sea una sociedad, más diversos deberían también ser sus estilos de vida”, dijo el músico, de 44 años.
Nacido como Wei Jiayuan, Ba Nong adoptó su nombre al inicio de su trayectoria; significa campesino de las montañas kársticas, en referencia a su región de origen. El compromiso de él y sus compañeros de banda con su estilo de vida, incluso a costa del éxito convencional, ha sido un principio rector desde que comenzaron a atraer la atención nacional el año pasado, en “The Big Band” un reality de concurso de música.
Antes de aparecer en “The Big Band”, Ba Nong tenía casi 20 años de estar haciendo música con un elenco rotativo de amigos bajo el nombre de Varihnaz, como pasatiempo. El grupo tocaba para públicos de hasta 40 personas y no tenía mucho deseo de más.
Pero cuando el reality lo contactó, él aceptó de inmediato.
Vio la oportunidad de compartir un mensaje de coexistencia pacífica, inspirado en técnicas agrícolas naturales, que evitan los productos químicos.
“Cuando salimos, les estaba explicando a todos sobre el cultivo orgánico de arroz”, dijo riendo. “Estaba exageradamente entusiasmado”.
Sin embargo, los miembros de la banda —que para entonces consistía en Ba Nong; Shi Ba, el otro campesino; y el albañil Lu Min— también dejaron claro que no rechazaban la vida moderna, sino que la adaptaban. Hablaron en el escenario sobre maridar los días de cosecha con vino tinto. A menudo descritas como música folk, pero frecuentemente incursionando en el rock o blues, es tan probable que sus canciones incluyan guitarras eléctricas como un silbato hecho con hojas recién cortadas.
Ba Nong nació en la zona rural de Guangxi. La economía de China estaba en auge y él soñaba con mudarse a una ciudad. Halló trabajo como diseñador gráfico en Guangzhou. Como pasatiempo, aprendió a tocar la guitarra por su cuenta. Comenzó a sentirse descontento con su trabajo diseñando anuncios de seguros. En el 2012, regresó a casa y se conectó con agricultores orgánicos en línea.
Consciente de que las tradiciones de su pueblo natal estaban en peligro, estudió instrumentos tradicionales. Publicó un libro con sus letras y poemas.
Mientras promocionaba su libro en una ciudad cercana, Ba Nong conoció a Shi Ba, un graduado universitario que eligió un estilo de vida itinerante, criando cerdos, siendo barman y tocando en la calle. Shi Ba le presentó a Lu Min, quien dejó la escuela a los 13 años y aprendió a tocar guitarra mientras trabajaba en las fábricas. Reconstituyeron Varihnaz, que había quedado inactivo mientras Ba Nong realizaba otros proyectos.
En la primera noche de la gira, en Guilin, Varihnaz alternó entre canciones lentas dirigidas por una flauta tallada a mano y “Canción del Campo”, un número palpitante en el que Lu Min golpeaba la punta de un azadón con una baqueta mientras Ba Nong tocaba una guitarra eléctrica.
Una canción, “Maldición de Exterminación”, estaba compuesta enteramente por nombres de pesticidas, recitados en un canto tipo monasterio.
“Esta es la era de los clics”, dijo Yu Zhujun, un artista visual de 31 años asistente al concierto. “Todo mundo está tratando de avanzar. Pero ellos simplemente se mantienen fieles a sí mismos, tocan cuando es el momento adecuado y luego regresan a casa a sus propias vidas”.
La banda acaba de grabar un álbum. Aún así, Ba Nong no tiene expectativas sobre cuánto durará la fama. “Si nos volvemos obsoletos, está bien”, dijo. “Puedo volver a dedicarme a la agricultura en paz”.
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