Caos e incertidumbre en EUA: la retirada de Biden y el futuro político

El último mes ha sido caótico, con eventos inesperados en Estados Unidos, incluyendo la retirada de Biden de la contienda presidencial y el atentado a Trump

Ha sido un mes caótico en la política estadounidense, que culminó con la salida de Joe Biden de la contienda presidencial.

vie 26 de julio de 2024 a las 19:44

Por Katherine Miller / The New York Times

El último mes ha sido una experiencia abrumadora —puede parecer que la mente de una persona es llevada al límite y embestida por lo que sucede en EU y el mundo. Un suceso inconcebible llega después de otro, culminando con la decisión de Joe Biden de retirarse de la contienda presidencial.

Las cosas han cambiado con tanta rapidez que nadie puede darle realmente sentido a los tiempos que vivimos: ¿acaso se vienen abajo las cosas, o se trata de un periodo difícil que antecede a mayor estabilidad?

Los estadounidenses pueden ver la fragilidad en los sistemas que rigen sus vidas. Un hombre perdió la vida y casi matan a Donald Trump —el más reciente acontecimiento espantoso en una década de violencia política desestabilizadora y tiroteos masivos. Si alguien de 20 años con un arma puede acercarse tanto a un candidato presidencial rodeado de agentes del Servicio Secreto y cámaras, en una era de seguridad militarizada, una precariedad ineludible aflige a todo en la sociedad estadounidense.

Y no había un cimiento firme en el cual apoyarse. Aún estamos en un mes en el que una actualización de software colapsó sistemas en todo el mundo y en que la Suprema Corte de EU emitió un fallo que otorgó a la Presidencia un conjunto de facultades intocables por procesos penales.

Pocas cosas en fechas recientes han sido más tensas de vivir que la incertidumbre en torno a la Presidencia de Biden y a la naturaleza del poder presidencial. El debate del 27 de junio dejó en claro que Biden, al igual que mucha gente, se había cegado a la realidad de su edad —que la situación no había sido totalmente comprendida o apreciada.

Ha sido desestabilizador darse cuenta durante la última década de lo mucho que las decisiones individuales afectan a las instituciones políticas. Casi todos los días de la Presidencia de Trump fueron una batalla entre personas que reconfiguraban la política y la vida estadounidense, pero sobre todo en el periodo posterior a las elecciones del 2020 cuando no pudo aceptar su derrota.

Una transferencia de poder fluida dependía de la persona que hacía la entrega —y el País entero ha sufrido por eso desde ese día.

Esta es una de las razones por las que las promesas de represalias de Trump durante el último año —la comprensión de lo mucho que puede importar la decisión de un solo individuo— han preocupado a tanta gente respecto a un segundo mandato.

El punto original de la candidatura de Biden en el 2020 era evitar un segundo mandato de Trump. Ya que Biden era una entidad tan conocida para los electores, y a que claramente iniciaba la etapa final de su carrera política, también se insinuaba que no haría nada extremo. Su Presidencia se trataría de que las cosas fueran normales, una especie de respuesta moral a lo que había sucedido durante los años Trump.

Aun así, el mundo con frecuencia parece destruido y surreal, en formas dentro y fuera del control de Biden. Cuando suceden las peores cosas y las más desestabilizantes, la expectativa de mucha gente es que el paisaje en general únicamente se deteriorará y fracturará más. Durante la última década así es como con frecuencia se ha sentido.

A medida que la posición de Biden se volvía más difícil, y quedaba más claro que este era otro caso donde sólo una persona podría decidir, hubo gente que presentó argumentos razonables de que su apoyo no sería transferible a otro candidato, que realmente podría no haber un plan para lo que sucedería a continuación. Que las cosas podrían fracturarse y deteriorarse más.

Y no obstante, a veces, las situaciones caóticas que avanzan con rapidez pueden producir resultados más estables. Hace cuatro años, muchos candidatos importantes abandonaron la contienda del Partido Demócrata y apoyaron a Biden en cuestión de días. Eso resultó en una elección y una Presidencia más estables (hasta hace poco) de lo que cualquiera pudo haber pronosticado. Las cosas podrían empeorar, pero nadie lo sabe realmente —las cosas también podrían mejorar.

A pesar de lo agobiante y doloroso que fue el proceso de decisión de Biden, de hecho reflejó la premisa original de su candidatura —que el País podría ver problemas potenciales a futuro y tomar una decisión responsable, y que la gente en el poder respondería del mismo modo.

Katherine Miller es escritora y editora de la sección The New York Times Opinion, donde escribe de política y elecciones. Envíe sus comentarios a intelligence@nytimes.com.

© 2024 The New York Times Company

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