Por Muktita Suhartono / The New York Times
BAUBAU, Indonesia — Una charla animada llenaba el aula cuando comenzó la lección. Cada escritorio tenía un indicador de papel con el nombre del ocupante escrito en el alfabeto coreano, llamado hangul. Pronto, los estudiantes estaban escribiendo los círculos y líneas distintivas de la escritura en sus cuadernos.
Pero estos alumnos de cuarto año no estaban estudiando el idioma coreano. Empleaban hangul para escribir y aprender el suyo: cia-cia, una lengua indígena que no tiene escritura. Ha sobrevivido oralmente durante siglos en Indonesia y ahora lo hablan unas 93 mil personas de la tribu cia-cia en la isla Buton, al sureste de la isla Sulawesi, en Indonesia.
Indonesia es el hogar de innumerables tribus y culturas, y de más de 700 lenguas nativas. En la isla Buton se hablan varios idiomas locales. La mayoría está en riesgo de extinción porque no tiene forma escrita. “El idioma es la riqueza de una comunidad”, dijo Amirul Tamim, un exalcalde de Baubau.
Los conservacionistas primero intentaron usar la escritura árabe para cia-cia porque el idioma cronometrado por sílabas, a diferencia del bahasa indonesio, el idioma nacional del País, no podía transliterarse al alfabeto romano. En Buton, la mayoría habla el dialecto wolio, que emplea la escritura árabe desde el siglo 16. Pero el árabe no era adecuado para el cia-cia.
En el 2009, el hangul fue introducido como grafía para cia-cia tras una visita de académicos sudcoreanos. Los instructores de Baubau aprendieron hangul y desarrollaron su uso para el cia-cia.
Algunos críticos han expresado preocupación por el uso del hangul, diciendo que podría conducir a la dominación cultural o distorsionar la identidad de la comunidad. Pero otros dicen que la mezcla podría beneficiar el proceso de conservación. “Tenemos los medios para preservar nuestro idioma tradicional”, dijo Amirul. “Entonces, ¿por qué permitir que se extinga?”.
La Universidad Nacional de Seúl ha intentado durante años promulgar el hangul —desarrollado por un rey coreano, Sejong, en el siglo 15— como grafía para idiomas sin un sistema de escritura. El cia-cia ha sido su único éxito.
En el distrito Sorawolio de Baubau, los nombres de las calles y de los establecimientos públicos están escritos en alfabeto romano y coreano. Las escuelas han elaborado libros de texto y a los estudiantes de cuarto a sexto año se les enseña hangul.
Relativamente pocos miembros de la tribu conocen el hangul, y los temores sobre el futuro de la tribu han llevado a los patriarcas y estudiosos a intentar preservar el idioma. Se están transcribiendo cuentos populares al Hangul.
“Al documentar nuestros cuentos populares, podemos transmitir nuestra sabiduría local, la historia de nuestros antepasados y la identidad de la tribu a la próxima generación”, dijo La Ode Alirman, sociólogo en Baubau.
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