Por Jenny Gross/ The New York Times
Bo Albertus, director de una escuela en Dinamarca, considera que las pasas españolas que come ahora son menos sabrosas que sus favoritas Sun-Maid de California. Y extraña la Pepsi Max.
Pero mientras el Presidente Donald J. Trump implemente políticas que Albertus, de 57 años, opina que ponen en riesgo la economía y la seguridad de Europa, boicoteará estos y otros productos estadounidenses. Es uno del creciente número de europeos, canadienses y otros que han estado renunciando a los productos estadounidenses para protestar el trato dado por Trump a sus aliados de muchos años.
“Actuamos con base en nuestra frustración”, dijo Albertus, administrador de un grupo danés de 90 mil miembros en Facebook dedicado a boicotear los productos de EU.
El mayor impulso detrás de acciones así por parte de los consumidores parece estar en países a los que Trump ha antagonizado directamente, como Dinamarca, cuyo territorio de Groenlandia ha amenazado con tomar, y Canadá, que él dice debería convertirse en el Estado número 51 de EU.
Pero a medida que Trump acoge al Presidente Vladimir V. Putin de Rusia e impone aranceles a los productos europeos, han surgido en varios países europeos grupos dedicados a boicotear los productos de EU e intercambiar tips sobre alternativas locales.
Majken Jensen, de 49 años, coordinadora de una agencia gubernamental en Copenhague, ha dejado de comprar productos como Oreos y catsup Heinz. “No soy ni una gota en el océano, pero esa es mi pequeña forma de protestar”, dijo.
La reacción negativa ha llevado a algunas tiendas a facilitar a los clientes identificar los productos locales. Loblaw, la cadena de supermercados más grande de Canadá, ha estado usando el símbolo “T” para indicar productos hechos en EU que son más caros debido a los aranceles de represalia impuestos por Canadá. En Dinamarca, las cadenas de supermercados Netto, Bilka y Fotex han añadido estrellas a las etiquetas de precio de productos europeos.
Michael Medline, director de Empire, la segunda empresa de supermercados más grande de Canadá, dijo el mes pasado que las ventas de productos de EU de la compañía estaban “cayendo rápidamente”.
Una de las marcas estadounidenses más afectadas podría ser Tesla, cuyo director ejecutivo, Elon Musk, se ha convertido en una figura clave en la Administración Trump. En Alemania, las ventas de vehículos eléctricos Tesla cayeron 76 por ciento en febrero en comparación con el año anterior, reporta la Asociación Alemana de la Industria Automotriz.
“Es muy importante decir que aún nos caen bien los estadounidenses y todavía nos gusta el País. Hay una situación y una Administración actual que no nos gusta”, dijo Mads Mouritzen, de 57 años, quien inició el grupo danés en Facebook.
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