Por Melinda Wenner Moyer/The New York Times
La investigación sugiere que las canciones pegajosas que no podemos sacarnos de la cabeza —conocidas como gusanos auditivos— son comunes y pueden suceder a las personas semanalmente o incluso a diario.
“Algunas personas deambulan constantemente con música en la cabeza”, dijo Ira Hyman, psicólogo que estudia el fenómeno en la Universidad Western Washington, en el Estado de Washington.
Sin embargo, los científicos no entienden del todo por qué es tan difícil deshacerse de los gusanos auditivos. Las canciones que se insertan en nuestro cerebro suelen ser las que hemos escuchado recientemente.
Pero también es posible contraer un gusano auditivo después de escuchar una palabra o un sonido —o incluso experimentar una situación— que te recuerda una canción en particular, dijo Callula Killingly, investigadora postdoctoral que estudia gusanos auditivos en la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia.
Por ejemplo, quizás das un bocado de un linguini que sabe a la pasta que comiste justo antes de un concierto de Taylor Swift y de repente estás cantando “Shake It Off”.
Sin embargo, dijo Hyman, a menudo es difícil saber dónde se originó un gusano auditivo.
La investigación sugiere que las canciones con ritmos más rápidos —o notas más largas y sostenidas, como “I Will Always Love You” de Whitney Houston— tienen más probabilidades de quedarse atoradas en la mente. Y mientras más frecuentemente escuchemos una canción, más probabilidades hay de que también comencemos a cantarla internamente.
Las canciones suelen causar gusanos auditivos cuando se realizan tareas donde la mente divaga. Estas actividades pueden incluir caminar o darse un regaderazo. La razón puede ser que tenemos más espacio en nuestro cerebro para dedicarlo a los gusanos auditivos cuando no estamos totalmente concentrados en una tarea.
¿Cómo logra uno deshacerse de una canción molesta? Masticar chicle es una opción potencial.
En un estudio publicado en el 2015, los investigadores hicieron que 18 estudiantes universitarios escucharan una canción popular y luego les pidieron que intentaran no pensar en la canción durante tres minutos. A la mitad de los participantes se le dio chicle para “masticar vigorosamente” durante los tres minutos, y a la otra mitad no. Quienes masticaban chicle tenían menos probabilidades de escuchar la canción en sus cabezas.
Se necesita más investigación para comprender cómo (o si) masticar chicle ayuda a eliminar los gusanos auditivos, dijo Emery Schubert, psicólogo en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia. Una posible explicación es que masticar chicle puede ocupar las regiones del cerebro involucradas con cantar una canción pegajosa, explicó.
Y si tienes un gusano auditivo que te molesta, puedes intentar reemplazarlo por uno más agradable, dijo Hyman.
“Elige uno que no te moleste”, dijo.
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