Por Kyle Buchanan/The New York Times
Nunca ha habido una película como “Emilia Pérez”, por lo que es apropiado que su estrella, Karla Sofía Gascón, también sea singular.
En la película del director Jacques Audiard, Gascón interpreta a un capo de un cártel de la Ciudad de México que finge su muerte para hacer en secreto la transición en el extranjero.
Años después de su cirugía de afirmación de género, la rebautizada Emilia contacta a la abogada que ayudó a hacer los arreglos para ello (Zoe Saldaña) y tiene una petición más: un reencuentro con la esposa (Selena Gomez) y los hijos que dejó atrás, aunque regresar podría tener consecuencias nefastas.
La multitud de géneros sugeridos por esta sinopsis —una cruda exposición del mundo de las drogas, un melodrama familiar, una narrativa de empoderamiento trans— se complica aún más por el hecho de que “Emilia Pérez” es un musical. Es difícil imaginar que alguna de esas ideas descabelladas se mantuviera unida si no fuera por Gascón, quien puede contener todas esas multitudes.
Muchos expertos creen que con el estreno de “Emilia Pérez” en Netflix este mes, Gascón hará historia como la primera actriz abiertamente trans nominada a un Oscar.
En mayo, Gascón, de 52 años, fue la estrella revelación del Festival de Cine de Cannes, donde “Emilia Pérez” ganó el premio a la mejor actriz que fue compartido por las protagonistas femeninas de la película. Como sus compañeras de reparto habían partido antes de la ceremonia, Gascón subió al escenario en nombre de ellas. Osciló entre el español y el inglés mientras afirmaba entre lágrimas la humanidad de las personas trans, bromeaba sobre haber sobornado a los jurados, rendía un homenaje romántico a su coprotagonista, Gomez, y luego se disculpaba con el novio de Gomez por su fervor.
Gascón más tarde intentó explicar su discurso de largo alcance y pronunciado sin aliento. “Nunca me han dado un premio”, dijo a los periodistas. “En su mayoría me han dado golpes y patadas”.
El público de habla hispana puede estar familiarizado con Gascón, una veterana de las telenovelas mexicanas que estelarizó la exitosa película “Nosotros los Nobles” del 2013 e hizo su transición hace seis años mientras estaba en la mirada pública. “Fue muy difícil”, dijo. “La gente me conocía con cierta forma y luego cambié, así que constantemente sentía que tenía que justificarme”.
Antes de filmar “Emilia Pérez”, Gascón había compartido sus experiencias de vida con Audiard, quien comenzó a adaptar el papel principal a su estrella. Una vez que inició la producción, Gascón profundizó tanto en el personaje que se preguntó si alguna vez sería posible deshacerse de Emilia. “Para eliminar este personaje, fue casi como si tuve que hacer un exorcismo”, dijo.
Nacida en Alcobendas, España, un pueblo cerca de Madrid, Gascón se crió en una familia de clase trabajadora, pero se sentía destinada al estrellato. El director Julián Pastor la animó a mudarse a México. Para cuando tenía cuarentaitantos años, con varios éxitos profesionales en su haber, Gascón aún no había comenzado a vivir abiertamente como mujer, y los años pasados en secreto le habían pasado factura. Con el apoyo de su familia, tomó la decisión de someterse a la cirugía de afirmación de género.
De su esposa, Marisa, con quien Gascón ha estado desde que se conocieron cuando eran adolescentes, dijo: “Obviamente hemos compartido una gran parte de nuestras vidas juntas, pero nunca la he engañado acerca de quién era yo”.
Aún así, Gascón tomó la decisión sabiendo que podría costarle la carrera por la que tanto había trabajado. “Cuando terminé mi transición, no sabía si iba a tener una carrera después de eso”, dijo.
Un papel de ocho episodios en la serie de Netflix “Rebelde” sirvió para restablecerla. Pero nunca había hecho nada como “Emilia Pérez” y casi rechazó el papel, temiendo que los elementos musicales estuvieran fuera de su alcance. Aun así, se grabó y se ganó un vuelo a París para reunirse con Audiard, quien dijo que formaron una conexión instantánea. “En el momento en que la vi, eso fue todo”, explicó él.
Gascón sabe que ahora su identidad trans estará sujeta al escrutinio de un público global. Incluso durante su discurso en Cannes, predijo: “Mañana habrá muchos comentarios de personas terribles que dirán las mismas cosas sobre todas las personas trans”.
De hecho, a la mañana siguiente, la política francesa Marion Maréchal publicó en X un comentario que se traducía como: “Así que un hombre ganó el premio a la mejor actriz”.
Gascón presentó una queja legal respecto al insulto y publicó su propia réplica en X unos días después: “Por mucho que ladren, gárgolas de Belcebú, no podrán borrar lo que he logrado”, escribió.
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