Por Lindsay Zoladz / The New York Times
Cuando tenía unos 7 años, Neko Case se paró en la entrada de su casa, cerró los ojos y deseó con todas sus fuerzas ver un caballo.
Ella y sus padres vivían en la ciudad costera de Bellingham, Washington, y ninguno de sus vecinos era jinete. Pero, como recuerda la música en sus nuevas memorias, “The Harder I Fight the More I Love You” (Mientras más lucho, más te amo), cuando abrió los ojos, sucedió algo increíble: dos hermosos caballos, montados por dos chicas, se dirigían directamente hacia ella. En medio de una infancia difícil, este destaca como un momento en el que creyó irrefutablemente en los milagros, los cuentos de hadas y la posibilidad de que le podrían suceder cosas buenas.
“A los 52 años, aún puedo ver los caballos con claridad”, escribe.
Cantautora de culto con una voz tormentosa y una personalidad irreverente, Case ha estado lanzando aclamados álbumes como solista y en colaboración durante casi 30 años. Pero los lectores no necesitan estar familiarizados con su música para conmoverse con sus memorias, que narran su crianza entre la pobreza, así como su largo viaje hacia la confianza en sí misma.

El libro describe los primeros años de vida de Case como un campo minado de trauma emocional. A.C. Newman, su compañero de banda en el grupo de power-pop New Pornographers, recordó que un amigo en común en una ocasión dijo maravillado de Case, “Para que ella lograra lo que ha hecho, considerando de dónde vino, es como ganar un maratón con una sola pierna”.
Case, que ahora tiene 54 años, está trabajando en otro proyecto: está colaborando en las canciones de una adaptación musical de “Un Final Inesperado” que espera que llegue a Broadway. “Yo era el público objetivo de esa película”, dijo Case del éxito de 1991.
Callie Khouri, quien escribió el guion de la película ganadora del Oscar y está escribiendo el libreto del musical, seleccionó a Case. “Su música tiene tanto alcance, sonora y líricamente”, dijo Khouri. “Ella es una artista y persona tan derecha y verdadera”.
Case también lanzará su primer álbum nuevo en siete años más tarde este año.
Los fans de sus álbumes con un dejo de música country como “Middle Cyclone”, que fue nominado a un Grammy, no se sorprenderán de que Case escriba prosa tan inusitadamente vívida y lírica.
Las revelaciones más sorprendentes son sobre su madre. Escribe que cuando estaba en segundo año de primaria, su padre la recogió un día de la escuela, rompió a llorar y le dijo que su madre había muerto de cáncer. Ella quedó atónita. Un año y medio después, su padre anunció que su madre estaba viva y, de hecho, iban camino a verla. Case escribe que sus padres le informaron que su madre había estado enferma y había huido a Hawai para recibir tratamiento, para que su hija no tuviera que verla sufrir.
Su madre entró y salió de su vida durante las siguientes décadas, pero incluso cuando vivían bajo el mismo techo, Case llegó a experimentar a su madre como “una venada, siempre fuera del alcance”, escribe.
Tras un último intento de reconexión cuando tenía poco más de 30 años —su madre se mudó con ella cuando ella vivía en Arizona y de repente se fue sin decir palabra— Case cortó lazos con ella para siempre. Poco después, tuvo una revelación: tal vez su madre nunca había estado enferma. La idea fue a la vez aplastante y profundamente liberadora.
Case señala que no hay nada en el libro sobre su infancia, que sus amigos más cercanos no sepan ya. Newman, sin embargo, se siente aliviado de que otros ahora puedan comprender el alcance de lo que ella ha soportado.
“A veces, cuando era difícil lidiar con Neko, siempre tenía eso en el fondo de mi mente”, dijo.
© 2024 The New York Times Company