Por Constant Méheut / The New York Times
KIEV, Ucrania — Al tiempo que Rusia intensifica sus ataques aéreos contra la red eléctrica de Ucrania, la oscuridad devora una vez más a las ciudades ucranianas por las noches.
Ucrania ha cortado el alumbrado público e impuesto apagones intermitentes para aliviar la presión sobre la red eléctrica. Pero dos años de ataques a plantas y subestaciones eléctricas han dejado a la red energética del País al borde del colapso, dicen expertos.
La ONU ha advertido que los apagones podrían durar hasta 18 horas al día este invierno, “dejando a civiles sin la energía eléctrica necesaria para abastecer sus hogares, operar bombas de agua y permitir que los niños estudien en línea”.
Eso ha obligado a las autoridades ucranianas a recurrir a medidas poco convencionales para tratar de evitar una crisis energética.
“Estamos haciendo todo lo posible”, dijo Viktoriya Hryb, jefa del subcomité de seguridad energética del Parlamento ucraniano.
Dado que las instalaciones energéticas de Ucrania fueron construidas en su mayoría cuando el País era parte de la Unión Soviética, dependen de piezas de repuesto de instalaciones de la era soviética, explicó Andrian Prokip, un experto en energía radicado en Kiev.
Así que, en el 2023, DTEK, la empresa privada de energía más grande de Ucrania, empezó a buscar piezas compatibles en plantas de países del ex Bloque del Este, como Eslovaquia y República Checa.
En uno de los proyectos más audaces de Ucrania, una planta de energía lituana está siendo desmontada con apoyo de la Unión Europea y sus piezas son usadas para reparar instalaciones ucranianas.
La construcción de centrales eléctricas nuevas es un proceso largo. Como alternativa, el País planea rentar “naves de energía” —plantas flotantes montadas en buques de carga— para suministrar electricidad a la región costera de Odesa.
Funcionarios ucranianos, que pidieron el anonimato debido a lo delicado del plan, dijeron estar en pláticas con Karpowership, una compañía turca, para rentar barcos.
El Gobierno ucraniano intenta conseguir que sus socios occidentales paguen parte del costo. Otra cuestión es garantizar la seguridad de los barcos en una región frecuentemente bombardeada por Rusia.
Ucrania también ha dependido de sus tres centrales nucleares operacionales.
Rusia se ha abstenido de atacar directamente las plantas nucleares. En vez de ello, recientemente se ha enfocado en destruir las subestaciones que las conectan a la red.
Por lo tanto, Ucrania ha pedido a funcionarios de la Agencia Internacional de Energía Atómica, un organismo de la ONU, que permanezcan en las subestaciones, con la esperanza de que su presencia disuada los ataques.
Hasta la fecha, la agencia ha acordado realizar misiones periódicas de monitoreo en subestaciones cruciales, pero no desplegar permanentemente agentes ahí, indicó Greenpeace.
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