Por Paul Mozur y Adam Satariano / The New York Times
KIEV, Ucrania — En los casi tres años desde la invasión rusa de Ucrania, la aplicación de mensajería Telegram ha sido una línea vital para millones de ucranianos. Brinda información sobre ataques próximos y ayuda a las comunidades a organizar los esfuerzos de ayuda. Pero en los últimos meses, los funcionarios ucranianos se han alarmado por la dependencia del País en Telegram, a medida que se han multiplicado las preocupaciones de que la app fuera utilizada como un vector de desinformación y una herramienta de espionaje para Rusia.
En septiembre, las autoridades ordenaron a los militares, funcionarios gubernamentales y quienes trabajan en infraestructura crítica que limitaran su uso de la app en teléfonos del trabajo. Las comunicaciones más delicadas han sido trasladadas a apps cifradas como Signal. Altos funcionarios han propuesto nuevas restricciones para Telegram.
Pocas veces ha dependido tanto un País de una plataforma sobre la que no tiene control para las comunicaciones, la información y otros servicios críticos, particularmente durante una guerra. Esa dependencia quizás solo sea emulada en Rusia, donde aproximadamente la mitad de la población usa Telegram, incluyendo muchos miembros del Ejército y el Gobierno. Eso ha convertido a la aplicación en un campo de batalla de información en la guerra. En algunos casos, los pilotos de drones ucranianos y rusos emplean grupos en Telegram para burlarse unos de otros y compartir vídeos de ataques.
Las preocupaciones de Ucrania se dan en paralelo a un creciente escrutinio global de Telegram, que se acerca a los mil millones de usuarios. La aplicación, alguna vez vista como un refugio para activistas y quienes viven bajo gobiernos autoritarios, se ha convertido en un centro de material ilícito y extremista. Pavel Durov, su fundador, fue arrestado en Francia en agosto acusado de no abordar la actividad delictiva por parte de la app.
Distanciarse de Telegram no será fácil para Ucrania. Una encuesta reciente arroja que el 70 por ciento de los ucranianos lo utilizan como principal fuente de noticias. Cuando suenan las sirenas de ataque aéreo, la gente se vuelca a Telegram para obtener actualizaciones en tiempo real. El Gobierno hace anuncios y recaba inteligencia dentro de los territorios ocupados por Rusia en la app.
Sin embargo, en reuniones secretas sobre ciberseguridad este año, funcionarios ucranianos hablaron de la posibilidad de poner nuevos límites a Telegram, dijeron dos personas enteradas. El servicio de inteligencia del País concluyó que la app planteaba riesgos para la seguridad nacional y que Rusia la utilizaba para desinformación, ataques cibernéticos, hackeos, propagación de malware, rastreo de ubicación y hacer ajustes a ataques con misiles.
El Presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania, que publica periódicamente actualizaciones para sus más de 700 mil seguidores en Telegram, no utiliza la app en su teléfono personal, dijo un funcionario de ciberseguridad ucraniano.
En un comunicado, Telegram defendió la seguridad de su plataforma, diciendo que Rusia “no ha accedido —ni puede acceder— a la información de los usuarios”. La empresa añadió, “Telegram es y siempre ha estado libre de peligro para los ucranianos y los usuarios de todo el mundo”.
Pero a diferencia de otras redes sociales, hay poca moderación de contenido, lo que permite la rápida difusión de advertencias salvavidas, pero también expone a la app a la explotación. Las funciones de transmisión permiten a los usuarios compartir rápidamente textos, videos y archivos con grupos grandes.
Un estudio realizado en septiembre por Detector Media, un grupo de vigilancia respaldado por la Unión Europea, encontró que 76 de los 100 canales de Telegram más populares en Ucrania operaban de forma anónima. A principios de este año, la desinformación sobre la guerra era tan desenfrenada que Ucrania pidió a Apple que interviniera y usara su influencia para presionar a Telegram para que eliminara ciertas cuentas falsas operadas desde Rusia. Para abril, Telegram había eliminado las cuentas.
Pero Telegram también bloqueó brevemente varias cuentas del Gobierno ucraniano que permitían a los ciudadanos compartir información sobre los movimientos de las tropas rusas. Los funcionarios ucranianos vieron esto como una advertencia apenas velada: presionar demasiado a la empresa podría tener un costo.
Kyrylo Budanov, el principal funcionario de inteligencia de Ucrania, advirtió públicamente sobre las amenazas de Telegram, pero dijo que no creía que debiera bloquearse por completo.
Sasha Maslov contribuyó con reportes a este artículo.
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