El 5 de febrero se cumplió un aniversario más del partido político más antiguo de Honduras: el Partido Liberal, afectado actualmente por una profunda crisis.
Muchos creen que dicha crisis, que hoy denota el liberalismo, se generó el 28 de junio del 2009.
A mi criterio la crisis es producto de varios factores anteriores y que en el 2009 fue un golpe más para acelerarla y profundizarla: 1. El Partido Liberal (al igual que otros partidos políticos) ha perdido el horizonte que le permitiría volver a representar la base social.
2. No recuerdo esfuerzo alguno por identificar la membresía del partido; pareciera más un instrumento (porque no decir cascarón) electoral solo para acceder al poder.
3. Tan es así el daño que le hemos hecho que reconocemos reformas de estatutos y la función de los mismos sin legitimidad. El excesivo centralismo del poder y la falta de mecanismos de consulta acrecientan ese divorcio entre la sociedad y esta estructura política que debería representarle.
4. Dice la expresión popular: “Quien no cambia con el tiempo, el tiempo se encarga de cambiarle”. ¿No aplicará esa expresión a nuestro partido? Al no evolucionar pareciéramos más conservadores que nuestros rivales tradicionales.
5. Una democracia necesita demócratas. Hablamos de democracia, pero con el alimento ideal de la autocracia. Democracia es el poder para todos, no solo para unos pocos, no solo para enriquecer el ego y los bolsillos de unos pocos.
6. La ética política la hemos perdido, haciendo sentir que nos machucamos la cola, hemos dejado de ser verdaderos críticos de nuestra institución y su conducción; hablo de crítica constructiva que muchas veces se calla para no “perjudicar el partido”.
Todos somos responsables de la crisis, quien lo niegue solo está ocultando la verdad. Algún día la verdad los volverá más liberales.
¡Viva el glorioso Partido Liberal!