Después de conocer la primicia del proceso evaluativo en la educación básica y media de nuestro país, nos genera a nuestro parecer un retroceso en función de las metodologías utilizadas por los encargados de la aplicación de esta medida en las aulas de clase.
¿Es la valoración de un examen la respuesta al conocimiento actual?
Es simplemente la numeración de un saber memorístico, en el día a día, los procesos tecnológicos nos demuestran que la evaluación no puede ser la ya estandarizada por tantos años, sin duda que los trabajos de investigación, el muestreo estadístico, los proyectos demostrativos, la construcción de saberes y otros, son las maneras de evaluar en las que hay que invertir tiempo para manejarlas y aplicarlas en el aula de clases.
La educación en épocas anteriores fue aplicable a ese tiempo, en la actualidad no es posible utilizar más esos métodos arcaicos, nuestros jóvenes en muchos de los casos tienen conocimientos con mayor generación de resultados para los mejoramientos del usufructo tanto económico como intelectual.
Si ya los jóvenes manejan el conocimiento a segundos, es por el avance de la tecnología, claro que también se da el uso inadecuado de ellas, pero es una debilidad que la debemos llevar a fortaleza, para evitar que nuestros jóvenes por la influencia ejercitada pierdan el uso correcto.
A los encargados de los cambios educativos, les sugerimos realizar una investigación de campo, antes de tomar decisiones que perjudiquen las tasas de reprobación.
Nadie puede negar que los cambios generan en la mayoría de los casos, renuencia por los humanos, creando inseguridad por lo que viene, pero son estos mismos miedos que nos cambian los pensamientos y nos permiten evolucionar como especie.