Cuando un conductor va a exceso de velocidad e infringe la Ley de Tránsito, la Policía está facultada para también conducir a alta velocidad, pues su finalidad es capturar al infractor.
Dicen los políticos: “El fin justifica los medios”, una frase que señala al individuo dispuesto a realizar cualquier cosa que desea para conseguir o cumplir un objetivo. ¿Y por qué no aplicar la misma receta para combatir la corrupción?
El Congreso Nacional aprobó un decreto que le permite a la Unidad Fiscal Especializada contra Redes de Corrupción (Uferco) investigar de forma autónoma y proceder de manera judicial en casos de corrupción de alto impacto sin que tenga el visto bueno previo del fiscal general del Estado.
Es decir que ahora no tendrá que esperar “hasta que San Juan baje el dedo”, o sea, nunca, para proceder. La Uferco ha venido trabajando desde hace varios años con muchas limitaciones, según su actual titular, el fiscal Luis Javier Santos, quien aplaudió la decisión del parlamento.
Con esta decisión ya tiene luz verde para que se desengaveten muchos casos de corrupción que se cometieron con el visto bueno de altos exfuncionarios que regalaron a manos llenas los dineros del pueblo para sobornar a personajes del sector público o privado, y es muy probable que hasta se haya utilizado a estas mismas figuras mediáticas para lavar dinero del narcotráfico.
Los que lo recibieron, obviamente, no pueden evitar haber caído en responsabilidad, pues tanto es pecador el que ofrece como el que recibe. Fue tanto el derroche de este dinero que debería ser sagrado, algunos lo utilizaron hasta para operaciones de mamoplastía o aumento de senos, mientras los niños reciben clases sentados en piedras, nacen y sus cunas son cajas de cartón, etc.
Ese dinero debe ser devuelto a su legítimo dueño que no es otro más que el pueblo. Muchos con ese dinero mal habido construyeron castillos de naipes con una estructura frágil, que ahora la Uferco está facultada para derribar.