Da pena, pero es cierto, en Honduras actualmente los partidos tradicionales -Liberal, Nacional y Libre- están presididos y están en las manos incorrectas, o acaso el presidente del PL no estuvo preso por temas relacionados con el narcotráfico, un expresidente del PN está prófugo de la justicia y el de Libre fue mencionado en un narcovideo por su hermano en el que dijo “la mitad es para el comandante”.
Entonces, como decía un expresidente, la cosa está peluda, puesto que estas instituciones que han sido convocadas para elecciones internas (9 de marzo de 2025) están siendo controladas por “líderes” que han cometido actos reñidos con la ley o que se especula así es.
La pregunta es ¿son estas instituciones políticas tradicionales confiables? Partidos políticos que no han sido depurados y que, incluso, ni siquiera han tenido la hidalguía de expulsar a algunos de sus militantes que ya fueron condenados en cortes de justicia internacionales o que descaradamente se fueron a otros países y renunciaron a la nacionalidad hondureña.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) debe meditar, analizar y considerar brindarle a la población hondureña la oportunidad de cara a las elecciones del 2025.
Unas nuevas opciones políticas e inscribir a estas instituciones que no vienen en sus filas con “gente cuestionada”, que están tratando de luchar en contra de instituciones políticas que son controladas por carteles, gente corrupta y abusadores del poder, figuras públicas que ya todos conocemos y que para colmarnos la paciencia buscan de nuevo cargos de elección popular.
Honduras ya se cansó, se hartó de esta “clase política” de cínicos y descarados que ni siquiera visitan lugares públicos (centros comerciales) porque saben del repudio generalizado de la población hacia ellos.
El CNE está en la obligación moral de permitir que nuevas opciones políticas participen en el 2025, pues los tradicionales han avergonzado, traicionado y manchado a nuestro país.