Uno de los principales retos que se encuentran al desarrollar proyectos de envergadura es levantar el financiamiento requerido para hacer realidad la oportunidad de negocio bajo consideración. No es inusual que, tras un acercamiento inicial a potenciales acreedores, los desarrolladores se sientan incomprendidos o sorprendidos ante los requisitos que se les solicitan, en contraste con la relativa facilidad con que obtienen fondos otras empresas con largo historial en operaciones. Es por ello que se debe tener un entendimiento temprano sobre las particularidades de financiamiento de proyectos; esta comprensión suele ayudar a los desarrolladores a anticipar escollos, evitar retrasos y lograr una comunicación más fluida con las entidades de financiamiento.
Suele considerarse como financiamiento de proyecto, o “project finance”, aquel donde para el repago del financiamiento los acreedores dependen de que se materialicen flujos proyectados a generarse con los activos a ser adquiridos, sin contar con un repago completo a partir de la solvencia personal o de negocios existentes de los desarrolladores o patrocinadores.
Al no contarse con acceso ilimitado a otros activos con historial de solvencia suficiente para el monto considerado y evidente en documentos revisados por terceros, como por ejemplo estados financieros auditados, tasaciones, entre otros, los financiadores deben enfocarse en evaluar capacidad de pago del proyecto a partir de un dossier de documentación compilado por los desarrolladores, cuyo análisis suele requerir mayor complejidad como modelos con proyecciones financieras, análisis de sensibilidad, contratos con clientes y suplidores, derechos recibidos mediante contratos de concesiones, entre otros.
Y es esta complejidad que, combinada con la envergadura del proyecto, lleva usualmente a contratar para soporte de los financiadores los servicios, opiniones o asesorías de uno o varios expertos independientes, según se requiera: modelación financiera, estudios de mercado, aspectos técnicos (diseño, construcción operación, entre otros), impacto ambiental y social, fideicomisos, múltiples opiniones legales, acuerdos tripartitos, entre otros. Todo esto junto con un requerimiento considerable de tiempo y recursos. Esta situación no es inusual en industrias como energía, puertos, carreteras, minería, entre otras, pero podría aplicar en diferentes medidas a otras con proyectos de envergadura donde no está disponible el recurso ilimitado a otros activos del desarrollador.
Similarmente, los desarrolladores deben gestionar un proceso más complejo, extenso y demandante, que podría desbordar su capacidad para gestionarlo si no han previsto conformar un equipo dedicado o la ayuda de asesores externos con la debida especialización requerida para interactuar eficientemente con los múltiples actores involucrados a solicitud de los financiadores.
Prever suele evitar errores costosos. Contar con una evaluación temprana sobre el curso de acción más viable para obtener el financiamiento buscado y las expectativas de lo que podría obtenerse. Asimismo, ayuda a evitar retrasos para corregir lagunas y costos de cancelar compromisos onerosos que luego no pueden materializarse.