La primera puede convertirse en presidente de los Estados Unidos y la segunda es la persona que lidera la lucha por la libertad en Venezuela.
Ambas pueden pasar a la historia y dejar una huella significativa, principalmente en las nuevas generaciones, cada vez más acostumbradas a ver la participación femenina en la vida política de nuestros países.
Lo que sí es ya una realidad, es que ambas han cambiado sustancialmente el curso de los acontecimientos en sus países. Kamala Harris fue llamada por los demócratas para sustituir a un envejecido Joe Biden, incapaz de hacer frente a los embates del republicano Donald Trump.
En pocas semanas recuperó el terreno perdido y seguramente librará codo a codo la lucha por la Casa Blanca.
María Corina Machado era la favorita de las encuestas para ganar en las urnas al presidente Nicolás Maduro, pero una orden judicial dictada por el sistema de justicia, coludido con el chavismo, prohibió su participación y tuvo que pasar la estafeta de la candidatura presidencial a Edmundo González, quien creció en las encuestas a la sombra de la líder de la oposición en Venezuela.
Si bien los contextos son totalmente diferentes, es evidente que tanto Harris como Machado están demostrando el nivel de liderazgo que pueden llegar a tener las mujeres en la vida política.
La vicepresidenta estadounidense podría convertirse el 5 de noviembre en la primera mujer en llegar a la Casa Blanca y dirigir a la Nación más poderosa del mundo.
Por su parte, la líder venezolana no tiene posibilidades de llegar al poder en esta ocasión, pero se ha erigido como el personaje más influyente –en este momento– en la lucha por el rescate de la voluntad popular, luego de la estrepitosa derrota de Maduro en las urnas y el descarado fraude que lo mantiene en la presidencia, aunque cada vez más desgastado interna e internacionalmente.
Hay que reconocer que el abrumador triunfo de González se debe en gran medida al impulso que le dio a su candidatura Machado, convertida en la principal figura y voz de la oposición. Nunca antes el chavismo había sufrido una derrota tan severa en las elecciones por más de dos décadas.
Ciertamente en cada elección el chavismo manipulaba el escenario electoral, pero esta vez ni siquiera las trampas y control institucional pudieron impedir la lluvia de votos en contra que llenaron las urnas. “Tenemos que actuar con inteligencia y determinación” ha dicho en varias ocasiones María Corina Machado.
Para las elecciones dio una muestra de astucia, porque anticipando a la jugada de fraude de Maduro y el chavismo, creó una estructura de simpatizantes para lograr copias de la inmensa mayoría de actas, firmadas y selladas.
Pocas horas después de que el oficialista y fraudulento Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciara con bombos y platillos la reelección de Maduro, aquellas actas que Machado y su equipo se dedicaron a conseguir, estaban en internet, demostrando que el resultado era totalmente diferente. Doble humillación: por un lado, aplastados en las urnas y, por el otro, descubiertos en su vulgar intento de robo de las elecciones.
La última información que Machado ha dado sobre la forma en que se consiguieron las actas muestra que se contó con la colaboración de elementos del Ejército y del propio CNE, así como de una amplia red de colaboradores que estuvieron en cada una de las mesas electorales el día de la elección. Aquí cabe para María Corina Machado la frase del popular Chapulín Colorado: “No contaban con mi astucia”... El desenlace venezolano no será de un final sencillo, pero Maduro ya no debe tener dudas de que, frente a él, hay una astuta y valiente mujer que no claudica.
Los estadounidenses han visto también la irrupción de Kamala Harris en lo que ya muchos pensaban sería un triunfo fácil para Donald Trump. Ahora han cambiado las condiciones y la rival es más decidida. La vicepresidenta logró en menos de tres semanas asegurar la nominación demócrata, que se ratificará en la Convención en unos días, al tiempo que incrementó significativamente la recaudación para el partido y su candidatura.
Trump sabe que el 10 de septiembre no tendrá un debate sencillo y cómodo como fue el primero ante Biden. Ese día Harris tendrá la mejor oportunidad de asestar un golpe a los republicanos y demostrar que es capaz de dirigir al país.En conclusión, podemos decir que Harris y Machado son dos mujeres, con dos caminos diferentes, pero ambas empeñadas en demostrar de lo que son capaces y cambiar el rumbo de sus respectivos países.