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La cultura de adular al más “vivo”

Recientemente en el mundo del deporte acaban de finalizar dos eventos muy importantes para el fútbol, por un lado, la Copa América, donde la selección Argentina se consagró campeona, y por otro lado, la Eurocopa, donde la selección española se consagró campeona, ambas finales se llevaron a cabo el mismo día, es decir el domingo 14 de julio de 2024, sin embargo, las dos finales no se llevaron de la misma manera, la que se jugó en Europa comenzó de manera puntual, sin interrupciones o graves problemas que impidieran el inicio del partido o amenazas que perjudicaran el desempeño de este, en cambio el partido que se jugó en nuestro continente -América - comenzó una hora con 15 minutos después de la hora programada, hubo daños materiales, personas que intentaron ingresar a través de espacios no adecuados lo que provocó disturbios afuera y dentro del Hard Rock Stadium.

¿Cómo suceden estas cosas? Un partido de estos no es una eventualidad que surge de la nada y que puede llegar el que quiera llegar, son partidos cuyos boletos tienen un costo considerable, es decir, para ingresar hay que pagar un monto más o menos costoso, sin embargo, aquel que quiere vivir esta experiencia lo hace, no obstante, el que hayan personas que se quieran colar a la fila, o simplemente entrar al estadio sin pagar lo que la mayoría pagó es pasarse de astuto, -es creerse “el vivo”- por no hacer los esfuerzos que los demás hacen y buscar el camino más fácil.

En cambio, en Europa el partido se vivió como una fiesta de fútbol, donde los espectadores gozaron de buen fútbol y una celebración deportiva, eso sucede cuando todos estamos alineados en un mismo sentido y buscamos vivir en sociedad y aceptando las reglas, sino quiero pagar el boleto de la entrada a un estadio, lo mejor es quedarse en casa o ver el partido en otro lado.

Esto mismo sucede en la vida política y pública de Honduras, tenemos muchas personas que no están alineadas con los principios políticos de usar el poder público para garantizar el bien común, sino que, lo usan para beneficiarse ellos y sus allegados, -tomando la actitud del “vivo” - usando estos puestos para darse la vida que de manera privada no han podido, usando el poder público para darse los lujos de manera personal que no pudieron costearse, donde en la cultura social de las personas, se piensa como -ese es tonto porque fue funcionario pero no hizo dinero- tenemos personas que aplauden estas conductas y ese es un tema cultural que es urgente abdicar de nuestras mentes, porque así como no se puede disfrutar de un buen partido, tampoco lo haremos de un buen gobierno si seguimos aplaudiendo a los que escogen el camino más fácil, el camino de la “viveza”