Alice Clement causó un gran revuelo en el cuerpo de policía de Chicago (USA) en 1909, cuando fue aceptada como agente para patrullar grandes centros comerciales en busca de carteristas. Según cuenta la historia, esta fue la primera mujer en ingresar a un cuerpo policial, lo cual provocó grandes contradicciones, ya que en esa época era inaceptable e inconcebible que una mujer pudiera formar parte de una institución de naturaleza meramente masculina.
En Honduras fue en el año 1977 cuando ingresaron las primeras mujeres a la institución policial, con apenas cuatro pioneras que no dejaron de causar conmoción; actualmente la Policía Nacional de Honduras cuenta con más de tres mil mujeres activas, lo que equivale a un 19.5% de la población policial, las cuales están diseminadas en todo el territorio nacional al servicio de la comunidad.
Hasta hace algunos años no era común encontrarnos en cualquier espacio a policías del sexo femenino, ahora damos por natural y bastante normal ver a la mujer uniformada laborando en la calle, en las patrullas, en las oficinas y así en muchos otros espacios de importancia en el servicio policial.
Por cuestiones de cultura y educación se concebía la idea de que el trabajo policial no era adecuado para la mujer, aquella fragilidad y sensibilidad que aparentemente caracteriza a la mujer no sería ventajoso ni conveniente para la institución, pues la misma es de naturaleza fuerte y pesada para la lucha contra la violencia y la inseguridad, en tanto, se consideraba un trabajo para hombres.
Sin embargo, las cosas, los tiempos y los pensamientos han cambiado y esas mal llamadas debilidades de la mujer son las que ahora le hacen sobresalir en un mundo supuesto de hombres y para hombres. Las mujeres policías se esfuerzan por cumplir con excelencia su compromiso de servir y proteger, con sacrifico llevan el sustento a sus hogares y por la naturaleza del quehacer policíaco, muchas veces deben dejar de lado su deber como madres, esposas, hijas, hermanas.
Es así que actualmente las mujeres policías han llegado a ocupar el 40% de los puestos de dirección de la Policía Nacional de Honduras, acontecimiento nunca antes visto y jamás imaginado. La mujer policía se ha ganado a pulso el respeto y el reconocimiento de sus capacidades y particularidades como funcionarias públicas.
En conmemoración al Día de la Mujer hondureña, es de suma importancia reconocer el arduo trabajo que realiza la mujer uniformada, la mujer policía, el complemento perfecto en todos los ámbitos de la vida, así como en todos los ámbitos de la institución policial. A todas ellas, felicidades.