Columnistas

La otra función policial

La función policial es tanto amplia como compleja, es por ello que erróneamente se cree que el policía solamente se dedica a perseguir a quienes cometen delitos o faltas. Hay una tendencia bastante lógica de relacionar a los policías -indistintamente de su grado- con las armas, el bastón policial, gas lacrimógeno, escudos, patrulla, esquelas y más, sin embargo, hay que reconocer que los policías realizan otras funciones de gran envergadura, siempre con el objetivo de proteger vidas.

En este sentido, quiero resaltar la ardua labor que los miembros de la Policía Nacional han realizado cuando ocurren desastres naturales u otro tipo de emergencias, como la tormenta tropical Julia. Todos los hondureños sabemos de los estragos que este fenómeno natural causó en el país, provocando grandes dificultades como evacuaciones, damnificados, inundaciones, derrumbes, pérdidas humanas y materiales.

En casi todos los lugares donde hubo daños y donde se requería, ahí estuvieron elementos de la Policía Nacional apoyando a las personas que más lo necesitaban. Los vehículos patrullas sirvieron para evacuar personas y sus bienes, los agentes policiales ayudaron y motivaron a las personas a salir de las zonas de riesgo, en sus hombros cargaron gente que no se valía por sí misma, trasladaron heridos, limpiaron carreteras, entre muchas otras cosas que solamente quedan guardadas en la bitácora policial y que no salen a la luz pública.

Se difundieron pocas imágenes y videos de algunas labores policiales en los días de la tormenta, sin embargo y por cuestiones meramente mediáticas, se propaga y sostiene más una noticia negativa que una positiva. Para retrotraer, mencionaré el video de un policía que se supone está tomando dinero de forma ilegal en un autobús de pasajeros inmigrantes, incluso, de este caso, se habló en un programa de televisión muy reconocido a nivel nacional.

La intención no es que se escondan situaciones anómalas como esta, al contrario, estos erróneos actos deben ser investigados y castigados, así como condenados por la sociedad. Lo que quiero transmitir es que como sociedad debería ser importante que exaltemos, valoremos y difundamos el esfuerzo que hacen los policías comprometidos con su deber.

Siempre expreso lo siguiente: los policías buenos son más, lamentablemente y por las estructuras mentales de nuestra sociedad somos prontos para ver lo malo y resaltarlo mucho más que lo bueno. Hoy por hoy, no me cabe la menor duda que la función policial va más allá de la prevención, disuasión y control del delito, la Policía Nacional está humanizando el servicio policial a través de un mayor y mejor acercamiento con la ciudadanía.

No me queda más que felicitar a los policías esforzados y valientes que bajo la lluvia, en el fango, en el río, en la calle, bajo el sol, se dispusieron a trabajar con ahínco para salvaguardar las vidas de muchos hondureños.