Columnistas

Nuestros compatriotas de origen árabe y palestino

Un nuevo aporte bibliográfico se suma a lo que hasta ahora se ha escrito sobre este tema de historia social: Dollar, Dove and Eagle: One Hundred Years of Palestinian Migration to Honduras y The Christian Palestinians of Honduras: An Uneasy Accomodation, por la antropóloga estadounidense Nancie L. González; “Estado, poder, nacionalidad y raza en la historia de Honduras: Ensayos, el capitalismo de San Pedro Sula y historia política de Honduras (1870-1972)”, por Darío Euraque; “Hacia una historia de la inmigración árabe: 1892-1962”, por Rodolfo Pastor Fasquelle; “Los árabes y palestinos en Honduras”, por Jorge Amaya. Lucas Paredes dejó una obra inédita relativa a esta temática.Se debe a la escritora y traductora japonesa Midori Iijima el ensayo intitulado “Entre Medio Oriente y América Latina: Un siglo y medio de los ‘turcos’”. (2021). En él afirma: “En el contexto latinoamericano, el término “turco” se emplea como un denominador general para el pueblo oriundo del Levante, los que portaban pasaporte o documento emitido por el Imperio Otomano al llegar a las costas americanas de finales del siglo XIX hacia los años 1920-30. En otras palabras, los sirio-libaneses, palestinos, a veces armenios. Estas dos últimas décadas colocan a los “turcos” en el estrato social mucho más visible que los años anteriores, probablemente debido a su rápido ascenso en la sociedad anfitriona, sobre todo en Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Venezuela...”. Debe incluirse igualmente a Honduras, ya que además de sobresalir en el mundo empresarial en finanzas, maquilas, fármacos, comunicaciones, caficultura, alimentos, bienes raíces, ferreterías, también destacan en política partidaria, cultura, literatura, recreación, profesiones liberales, investigación, cinema. Su consolidación como grupo económico decisivo se remonta a partir de la Segunda Guerra Mundial, al ser confiscados los negocios de la colonia alemana residente en nuestro país, durante el gobierno de Tiburcio Carías (1933-1948).

Si inicialmente formaban núcleos familiares con personas de su misma etnia, gradualmente procrearon hijos con mujeres mestizas, conservando ciertos elementos de identidad de sus ancestros, si bien identificándose como hondureños (as) las más recientes generaciones.

La migración procedente del Medio Oriente es actualmente mucho menor que en décadas anteriores, sin embargo, aún continúa, las familias ya establecidas ayudando económicamente a jóvenes para que se trasladen a Honduras para establecerse de manera independiente, tras un período de adaptación y entrenamiento.

Simplificando, diremos que su trayectoria empresarial pasó de ser buhoneros a tenderos (bazares) a banqueros. Un repaso en orden alfabético de la guía telefónica local revela apellidos árabes de la A a la Z: Asfura, Atuán hasta Zahury, Zarruck. Evoco con cariño y nostalgia a mis compañeros de estudios escolares y colegiales: Jorge Fléfil, Karim Kaffaty, Karim Faraj, Mario Facussé, Johny Saybe, Jamal Soliman, Jorge Kaffie, Henry Simon, Any Zahury, unos ya fallecidos, otros aún vivos.