El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de publicar un “índice de preparación para la IA”, elaborado “en función de su infraestructura digital, capital humano, políticas laborales, innovación, integración y regulación”. El índice permite observar de manera dinámica la situación de la inteligencia artificial (IA) en 174 economías del mundo. Esta medición está expresada en decimales que van del cero hasta el uno (0-1), siendo los países con valores más cercanos al cero los que están en peor situación. Los cinco países que muestran una mejor calificación en el índice son Estados Unidos (0.77), Alemania (0.75), Japón y Reino Unido (0.73) y Canadá (0.71). Otros países europeos bien calificados son Francia (0.70), España y Portugal (0.65), e Italia (0.62).
En el hemisferio sur del continente americano, destacan por su puntuación Chile (0.59), Uruguay (0.55), Brasil (0.50), Colombia y Perú (0.49), y Argentina (0.47). En el continente americano los peor evaluados son Venezuela y Haití (0.27). En África la mayoría de países no superan el 0.35, aunque economías como Sudáfrica, Kenia y Ghana muestran un índice de 0.50, 0.45 y 0.43 respectivamente. En la región de Mesoamérica sobresalen Costa Rica (0.54), México (0.53) y Belice (0.42); luego en orden descendente están Guatemala y El Salvador (0.39), Honduras (0.34) y Nicaragua (0.33). En esta área geográfica y el Caribe están bien posicionados Panamá (0.50) y República Dominicana (0.47).
¿Cuáles son las implicaciones del anterior índice?
Según el FMI: “La inteligencia artificial puede aumentar la productividad, impulsar el crecimiento económico y aumentar los ingresos. Sin embargo, también podría eliminar millones de puestos de trabajo y ampliar la desigualdad” (IMF Blog, Gráfico de la Semana, 25/06/2024).
¿Cuál sería el impacto de la IA en el empleo?
Para el FMI la IA: “Podría poner en peligro el 33% de los empleos en las economías avanzadas, el 24% en las economías emergentes y el 18% en los países de bajos ingresos. Pero, por el lado positivo, también ofrece un enorme potencial para mejorar la productividad de los empleos existentes para los cuales la IA puede ser una herramienta complementaria y para crear nuevos empleos e incluso nuevas industrias” (ídem).
De acuerdo con el FMI: “En la mayoría de los escenarios, la IA probablemente empeorará la desigualdad general, una tendencia preocupante que los formuladores de políticas pueden trabajar para prevenir” (ídem). La entidad financiera agrega que el índice: “Es un recurso para que los formuladores de políticas, los investigadores y el público puedan evaluar mejor la preparación para la IA y, lo que es más importante, identificar las acciones y diseñar las políticas necesarias para ayudar a garantizar que los rápidos avances de la IA puedan beneficiar a todos” (ídem).
Tanto los datos como los planteamientos anteriores muestran que exceptuando a Costa Rica, en América Central estamos mal preparados para aprovechar adecuadamente la IA, especialmente porque no se dispone de una infraestructura digital adecuada, el capital humano no está técnicamente capacitado, las políticas laborales son inadecuadas, se carece de un buen nivel de innovación e integración de procesos y sistemas, y la regulación legal de los asuntos digitales es deficiente.