En el sitio Yahoo.com se publica una corta noticia de la red de información Bloomberg, en la cual se afirma que: “Los mayores riesgos para los mercados en 2022 serían la inflación, el covid y las tensiones geopolíticas, según alrededor de 700 encuestados por Markets Live Global Survey”. Además de los tres riesgos mencionados, se incluye a la Reserva Federal (Fed) como la cuarta amenaza con mayor mención, especialmente por “la posibilidad de que endurezca las tasas de interés demasiado rápido” (es-us.finanzas.yahoo.com/noticias, 27/12/2021).
Llama la atención que entre las predicciones de “cisnes negros” realizadas por el Saxo Bank para el 2022 se incluyan dos que se vinculan con los riesgos de mercado ya aludidos: la séptima, que se refiere a que la “inflación de EE UU excede 15% en espiral de precios”; y la décima, que alude al hecho que la “tecnología hipersónica impulsa nueva guerra fría”, particularmente entre Estados Unidos y China, ya que este último país desarrolló misiles de largo alcance con tal innovación técnica.
Como no soy experto en geopolítica ni en cuestiones de conflictos armados, abordaré solamente lo concerniente a la inflación estadounidense, ya que la misma constituye un serio peligro para Honduras.
La predicción del Saxo Bank acerca del tema sostiene que: “Para el cuarto trimestre de 2022, la inflación del IPC alcanza un 15% anualizado a medida que las empresas suben los salarios en un esfuerzo por encontrar trabajadores dispuestos y calificados, lo que desencadena una espiral de precios y salarios diferente a todo lo visto desde la década de 1970. La Reserva Federal cae en el error de brutales aumentos de la tasa de interés, tan altos como 20%” (larepublica.co, 11/12/2021).
Ya que en noviembre del 2021 la inflación en EE UU ascendió al 6.8%, la mayor en 39 años desde 1982, es un tanto increíble que la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de ese país alcance un nivel tan alto, peor aún cuando la “inflación subyacente”, que excluye los productos con mayores variaciones de precios, como ser los combustibles, al mes de noviembre andaba únicamente por el orden del 4.9%, lo cual racionalmente no permite anticipar que la inflación llegue hasta un 15.0% en el 2022.
Para frenar la inflación, la Fed tendría que incrementar la tasa de interés de referencia, misma que actualmente anda entre 0% y el 0.25%. Aunque la Fed podría empezar a elevar la tasa aludida a partir de finales de marzo de 2022, algunos analistas estiman que eso se retrasará varios meses.
Resumiendo, no podemos descartar el “cisne negro” de la inflación estadounidense, máxime cuando las expectativas de muchos ciudadanos de ese país la consideran como el principal riesgo del mercado para el 2022. El problema de las expectativas consiste en que los temores de la gente pueden terminar haciéndose realidad, en una especie de profecía autocumplida, mediante la cual se “despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva ‘verdadera’”.
Llama la atención que entre las predicciones de “cisnes negros” realizadas por el Saxo Bank para el 2022 se incluyan dos que se vinculan con los riesgos de mercado ya aludidos: la séptima, que se refiere a que la “inflación de EE UU excede 15% en espiral de precios”; y la décima, que alude al hecho que la “tecnología hipersónica impulsa nueva guerra fría”, particularmente entre Estados Unidos y China, ya que este último país desarrolló misiles de largo alcance con tal innovación técnica.
Como no soy experto en geopolítica ni en cuestiones de conflictos armados, abordaré solamente lo concerniente a la inflación estadounidense, ya que la misma constituye un serio peligro para Honduras.
La predicción del Saxo Bank acerca del tema sostiene que: “Para el cuarto trimestre de 2022, la inflación del IPC alcanza un 15% anualizado a medida que las empresas suben los salarios en un esfuerzo por encontrar trabajadores dispuestos y calificados, lo que desencadena una espiral de precios y salarios diferente a todo lo visto desde la década de 1970. La Reserva Federal cae en el error de brutales aumentos de la tasa de interés, tan altos como 20%” (larepublica.co, 11/12/2021).
Ya que en noviembre del 2021 la inflación en EE UU ascendió al 6.8%, la mayor en 39 años desde 1982, es un tanto increíble que la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de ese país alcance un nivel tan alto, peor aún cuando la “inflación subyacente”, que excluye los productos con mayores variaciones de precios, como ser los combustibles, al mes de noviembre andaba únicamente por el orden del 4.9%, lo cual racionalmente no permite anticipar que la inflación llegue hasta un 15.0% en el 2022.
Para frenar la inflación, la Fed tendría que incrementar la tasa de interés de referencia, misma que actualmente anda entre 0% y el 0.25%. Aunque la Fed podría empezar a elevar la tasa aludida a partir de finales de marzo de 2022, algunos analistas estiman que eso se retrasará varios meses.
Resumiendo, no podemos descartar el “cisne negro” de la inflación estadounidense, máxime cuando las expectativas de muchos ciudadanos de ese país la consideran como el principal riesgo del mercado para el 2022. El problema de las expectativas consiste en que los temores de la gente pueden terminar haciéndose realidad, en una especie de profecía autocumplida, mediante la cual se “despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva ‘verdadera’”.