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Teoría del ensueño

Llámesele teoría aunque no sea sino tesis. Esta (la tesis) desarrolla cierta idea lógica, mientras que la teoría es componente más complejo de tesis, subtesis, análisis y síntesis. Aceptemos entonces metafóricamente el primer concepto aunque lo explorado apenas si arriba al primer estadio de meditación, que es decir de indagación y propuesta.

El tema es sobre migración de hondureños a espacios exteriores, en ocasiones en caravanas masivas. Varias son las causas detectadas por investigadores para ese éxodo, pero mayormente aluden a: (1) inseguridad (amenazas, pandillas, robo, extorsión), (2) carencia de empleo y mejores oportunidades para progreso personal, (3) seguimiento de familiares ya idos (infantes y cónyuges). Encuestas recientes del BCH advierten, empero, que el orden de esas razones varió en este y el año previo.

Mientras que la principal causa de migración era inseguridad, ahora esta pasa a tercer lugar y ocupa como primera la búsqueda de trabajo e ideales oportunidades de desarrollo.

Una inicial conclusión empírica es que el nivel de inseguridad social descendió, pero eso requiere ser probado científicamente.

La segunda y más importante deducción crea dudas: si el hondureño parte a la búsqueda de mejores contrataciones externas ello significa que los trabajos locales no le sirven ni interesan, pero que no es que no los haya. Si se observa el movimiento económico nacional se contemplará a una sociedad dividida entre grupos de comodidad (alta, mediana o baja) y pobreza, pero en la que abunda circulante.

El estado del comercio es para nada estático sino más bien activo. Quien recorre la carretera de occidente ve por día no menos de 500 furgones y contenedores transportando mercadería. O sea que así como hay agilidad económica debe forzosamente haber trabajo o ella no existiría.

¿Qué pasa entonces con el migrante? Ocurre que sabe y certifica que en Honduras nunca va a mejorar la remuneración salarial así pasen cien años, y que en cambio en Estados Unidos gana en relativamente dos a tres horas (L300.00 = US$12.15) lo que acá obtiene en un día... Y si ello es así, ¿para qué quedarse en el país? El ensueño de Norteamérica lo atrapa, aunque redunde en utopía.

Lo que atestigua, obvio, que NO es que no haya empleo sino que no es de satisfactoria calidad salarial. Sea porque la empresa privada (el Estado no está obligado a crear empleo sino a favorecerlo) es débil o porque sus empresarios son ruines y voraces negándose a reconocer la rentabilidad de la mano de obra.

Sería interesante un estudio que tomara a unos cinco inversionistas y comparara cuánto es su ganancia o utilidad líquida y cuánto sus gastos, incluyendo pago de empleados, y descubrir así el grado con que explota, si sucede, al obrero.

El imaginario ve a los países desarrollados cual tierra de sueños, que en el fondo no es real pues la competencia es feroz según niveles logrados. Ayudante de albañil no es igual que albañil y menos ceramista, se paga mejor.

Pero aún así es superior que en nuestra comarca, donde los viejos estilos de patrón y súbdito campesino se siguen reproduciendo incluso en altos niveles comerciales e industriales.

No se diga, pues, que no hay empleo. Si se paga mejor desaparece el exilado voluntario.