Columnistas

¿Y en Honduras cuándo?

Ahora el multipartidismo demuestra que necesitamos un verdadero líder que tome decisiones y mantenga posiciones, sin payasos ni populistas que nos hagan reír y llorar.

Nada aprendimos en 36 años “democráticos” ni de los foráneos que sometieron a sus pueblos. Cuba, 54 años deprimida. Venezuela, el cretino ve al muerto como pájaro llamándolo “Cristo redentor latinoamericano” y otras estupideces que repite el traidor del partido liberal.

Las cúpulas de izquierda y derecha jamás se limitan. El bipartidismo es responsable de nuestra incivilidad. Con cinismo se atribuyen éxitos sacudiéndose fracasos.

Ninguno es diferente, se quedaron en el anacronismo de la politiquería no superada del chisme de rastreros, el nepotismo y la maldita corrupción; entonces aparecen otros partidos dizque para fortalecer la democracia y caen en los vicios ancestrales de acomodarse en los clubs políticos reapareciendo los que estuvieron gracias al bipartidismo que ahora atacan y del que sacaron carretillas repletas de dinero haciendo uno de los gobiernos más desastrosos y dañinos que hemos sufrido.

Olvidamos por sectarismo histórico la corrupción, despilfarro, changoneta, incapacidad, indolencia e indecencia del “comandante vaquero”, que ahora dándose baños de pureza dirige irresponsablemente el vandalismo que sufre el pueblo, no el gobierno.

Son los que abusan hoy de la ilegal impunidad brindada por Lobo el corrupto confeso y fingiendo demencia nos insultan con proverbial desvergüenza vanagloriándose de lo no hecho minimizando su oficio de incapaces.

He escuchado al prófugo del estudio y la justicia ahora libre refundidor llamar al bipartidismo obsoleto y conservador, corrupto e incapaz. Cínico anarquista. Pateó el pesebre que lo elevó a su máxima incompetencia.

El conservadurismo lo hizo Presidente y le permitió todo contra la patria que lo parió. Así de sencillo. Lo único que lo mantiene es su imprudente incongruencia y envalentonada violencia. El bipartidismo falló al no saber escoger dirigentes diligentes e inteligentes.

Los farsantes sin agudeza son títeres obnubilados por el poder omnímodo que olvidan al pueblo que usan mintiéndole a mansalva.

No se enteran que Honduras ya no es la misma, no más vivas a Carías ni a Rodas, nuestra juventud exige atención y no puede vivir del pasado que es pintarrajeado para que continúen aceptando las promesas incumplidas de charlatanes.

Necesitamos un cambio de liderazgo actualizado y no el destiempo que incita a la sedición sin importar que nos matemos entre hondureños para sacar ventaja del dolor de los que piensan, sienten y disienten.

La bipolaridad política tiene una izquierda fracasada cercada por los intereses del poder y una derecha pasmada blindada por los grupos del poder político y económico. Unos reciben entrenamiento y financiamiento los otros se enfrascan en enfrentamiento y distanciamiento favoreciendo a los que amenazan con volver.

En la derecha se dividen por temor al cambio. El peligro existe, solo los torpes no lo ven. Cuando los marginados bajen del cerro los poderosos serán los emigrados y el pueblo seguirá derrotado. No habrá vuelta. Perderemos todos. Busquemos el centro medio que medio nos centre con decisiones y acciones que merecemos para no arrepentirnos.

“Necesito un gobierno que se anticipe a los problemas, no que reaccione ante ellos… Quiero ser categórica: no quiero improvisaciones, no se justifican… Lo que pedimos es coherencia”, Michelle Bachelet. Presidenta de Chile. ¿Y en Honduras cuándo?