Para el año 2013 está prevista la III Conferencia Mundial sobre trabajo infantil en Brasilia. Ella dará seguimiento a los compromisos adoptados en la II, realizada en los Países Bajos, que enfatizaba la importancia de tomar medidas inmediatas y eficaces para poner fin a las peores formas de trabajo infantil.
Además se evaluarán los progresos realizados y señalará las esferas en las que es necesario realizar aun más esfuerzos. La Conferencia también ofrecerá oportunidades a los países, organizaciones de trabajadores y de empleadores, así como a otras partes interesadas, de presentar sus buenas prácticas y lecciones aprendidas en la lucha contra el trabajo infantil.
¿Cómo llegarán nuestros países a tal encuentro internacional? Estimaciones recientes indican que en Centroamérica, Panamá y República Dominicana hay cerca de dos millones y medio de niños trabajando. E
llos deberían estar en la escuela adquiriendo conocimientos y habilidades que los preparen para acceder a un trabajo decente en su vida adulta.
Al entrar prematuramente en el mercado laboral se les priva de la educación y capacitación necesarias para que ellos, sus familias y sus comunidades progresen. Más aun, los niños que son víctimas de las peores formas de trabajo infantil se encuentran expuestos a maltrato físico, psicológico o moral que puede causarles daños para el resto de sus vidas.
La OIT, mediante su Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), colabora con gobiernos e interlocutores sociales para fortalecer las capacidades nacionales con el fin de que niñas, niños y adolescentes tengan la oportunidad de un futuro más prometedor. Su acción implica prestar apoyo a quienes buscan proteger a los niños y, entre otras contribuciones, ayuda a formular estrategias de prevención.
Los programas de la OIT ayudan a los niños pobres a acceder a la educación y, en el caso de los adolescentes, les permiten obtener una formación profesional.
En el año 2009 los países centroamericanos junto a Panamá y República Dominicana definieron una estrategia denominada Hoja de Ruta para hacer de sus países zonas libre de trabajo infantil y sus peores formas.
La Hoja de Ruta contra el trabajo infantil es una estrategia de protección especial de niños, niñas y adolescentes trabajadores y de los que están en riesgo de involucrarse en trabajo infantil y/o sus peores formas. Ella se sirve de políticas sociales (como salud y educación) y de desarrollo e incluye intervenciones complementarias con incidencia directa e indirecta en la prevención y erradicación del trabajo infantil y sus peores formas.
La Hoja de Ruta es una política de país que trasciende el período de un gobierno para convertirse en una política de Estado, trazada hasta el año 2020. Ella no es un fin en sí misma, sino el camino para fortalecer las capacidades, instrumentos y metodologías con las que los países deben contar para cumplir proteger efectivamente a su infancia.
Es necesario destacar la Hoja de Ruta Subregional para hacer de Centroamérica, Panamá y República Dominicana una zona libre de trabajo infantil, aprobada en Managua en el año 2010. Con ella la región llegará a Brasilia con un marco subregional común para enfrentar el trabajo infantil, con base en el intercambio de experiencias y de trabajo en conjunto entre siete países.
Nuestros países llegarán a Brasil 2013 reconociendo su realidad y con estrategias nacionales en marcha para enfrentar el trabajo infantil y sus peores formas. Más aun, han logrado consensuar una Hoja de Ruta supranacional que debe ser adecuadamente ponderada por la comunidad internacional. Ojalá antes de terminar 2012 las autoridades públicas de la subregión así como los directivos de empleadores y trabajadores puedan reunirse para compartir su rica experiencia y diseñar una estrategia por posicionar el esfuerzo solidario de una subregión que lucha efectivamente para que sus niños y adolescentes puedan tener su primer trabajo en las mejores condiciones posibles. Solo así esos niños y adolescentes podrán iniciar trayectorias de trabajo decente.