Editorial

De vuelta a clases

Las autoridades educativas han anunciado para hoy la apertura del año escolar, aunque las condiciones físicas y sanitarias no son del todo favorables ni para la comunidad estudiantil ni para la docente.

El retorno a clases el 1 de febrero ha sido la orden de la presidenta Xiomara Castro en su discurso de toma de posesión, y en consonancia, su ministro de Educación ha dicho que así se hará.

El proceso iniciará con la matrícula en los centros educativos públicos, el reconocimiento de las condiciones físicas de las escuelas a nivel nacional y la aceleración del proceso de inmunización contra el covid-19 de la población entre cinco y once años de edad.

Si bien todavía no se definen las fechas de retorno de los estudiantes a sus aulas de clases ni las escuelas que calificarán para ello, es importante que se esté comenzando con el proceso y que las autoridades competentes definan con puntualidad los pasos a seguir para asegurar la salud de toda la comunidad educativa.

La cruda realidad de la educación en Honduras es que el proceso no debe retrasarse, no solo por la gran cantidad de estudiantes que se vieron obligados a abandonar la escuela por carecer de dinero y herramientas para acceder a los sistemas virtuales que sustituyeron la presencialidad a lo largo de la pandemia, sino también por el rezago educativo que ha golpeado a centenares de estudiantes en estos últimos dos años.

Lo anterior demanda no solo trabajar en el retorno seguro, garantizando las medidas de bioseguridad, las vacunas y centros de enseñanza en condiciones favorables, sino también en planes que se encaminen a reforzar los contenidos académicos impartidos hasta alcanzar la nivelación requerida.