Editorial

Gracias, don Igor Garafulic

El representante residente del Sistema de las Naciones Unidas dejará el país en los primeros días del mes de octubre y antes de su salida está siendo objeto de una serie de reconocimientos a su labor en el corto tiempo que estuvo en nuestra patria.

Todos los que le conocieron, y lo más importante, quienes conocieron de su labor, quieren agradecer su trabajo de apoyo al Estado de Honduras en la búsqueda de un diálogo que contribuya a la gobernabilidad democrática y la paz social del país.

Desde su llegada al país, él siempre tuvo claro el escenario y así lo hizo saber a sus interlocutores. Aún en medio del ambiente adverso que lo recibió, supo impulsar un proceso de diálogo en el que fueron protagonistas actores de diversas fuerzas políticas en busca de los consensos que demanda la sociedad hondureña.

Las lecciones de Garafulic quedan escritas en las memorias de cada una de las mesas de trabajo instaladas y en las cuales, tras 10 meses de intenso trabajo, se lograron 169 acuerdos.

Se trata de 169 acuerdos que, como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones en este mismo espacio, no deben ser lanzados al cesto de la basura, porque son acuerdos sobre temas sensibles, temas que han generado la crisis que ahora se busca superar y que deben ser recogidos por quien corresponda para convertirlos en leyes, en políticas públicas, en programas que coadyuven al desarrollo del país.

También se trata de que los funcionarios del gobierno, los políticos, los líderes sociales, los ciudadanos y ciudadanas, entendamos que solo mediante un diálogo transparente y respetuoso entre las partes del conflicto que tiene al país al borde de un abismo se sentarán las bases de la verdadera reconciliación de Honduras, de las bases que el país demanda para impulsar su desarrollo económico y social.

Gracias, señor Garafulic, por su trabajo y su apuesta por el fortalecimiento de la democracia hondureña.